Tecnología: Un camino hacia la inclusión financiera real
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Una expresión que se ha venido repitiendo en los últimos años es la inclusión financiera. De hecho, para fortalecer planes y estrategias de inclusión financiera en Chile, se creó en 2014 la Comisión Asesora para la Inclusión Financiera (CAPIF). Esta es una de las señales importantes que nos diferencian de otros países en la región.
La inclusión financiera se refiere a la posibilidad que tienen las personas de acceder a servicios financieros. Este acceso es de gran importancia porque reduce la pobreza y fomenta el crecimiento económico, entre otros beneficios. El informe Global Financial Development Report (Banco Mundial, 2014) afirma que la falta de acceso al sistema financiero genera pobreza y desigualdad.
Para dar un ejemplo concreto, cuando existen fricciones financieras, personas de alto potencial productivo optan por no invertir en su educación al no poder acceder a financiamiento. Esto genera una gran pérdida económica tanto para las personas como para el desarrollo del país. En este contexto, las fintech han surgido como una alternativa seria para fomentar la inclusión financiera, con mucho mayor potencial que regulaciones que han pretendido forzar a instituciones tradicionales a hacer cosas que no quieren hacer.
Un caso donde se puede mejorar la inclusión financiera en Chile es en el acceso de las mujeres al mercado de créditos de consumo. Este segmento tendría un 14,8% menos de probabilidad de que sus solicitudes de préstamos sean aprobadas en comparación con las de los hombres, de acuerdo con un estudio de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), publicado en 2020.
Sin embargo, la simple regulación no basta. En Estados Unidos existe una ley específica que castiga la discriminación en el acceso financiero desde 1974 (Equal Credit Opportunity Act) y todavía hay problemas de acceso. En mi opinión, la tecnología ayudará a cerrar brechas más que la ley. De hecho, en Chile la llamada Ley Fintech busca mayor inclusión financiera incorporando a empresas tecnológicas y facilitando el flujo de información dentro de la industria. Es decir, es un paso en la dirección correcta.
Desde la perspectiva del usuario, la incorporación de tecnologías financieras también aumentará la oferta de servicios financieros y disminuirá los precios. Esto ocurrirá gracias a una mayor competencia y menores costos en la industria. Los servicios financieros se ajustarán con mayor precisión a las necesidades de las personas y serán más accesibles.
Por ejemplo, se anunció en Japón que el banco en línea creado por el Banco Kiraboshi y la empresa japonesa GIG-A permitirá abrir cuentas bancarias a extranjeros residentes en el país utilizando nada más que una aplicación en sus teléfonos móviles, dejando de lado los trámites y las barreras lingüísticas que hoy les impiden acceder a un servicio tan básico.
En Chile será necesario seguir examinando y mejorando las regulaciones que gobiernan la industria, promoviendo mayor competencia y replicando medidas exitosas de otros países. El objetivo debe ser sumar a más gente a los beneficios que entrega el acceso al crédito y a otros servicios de la industria.