Lejos de paralizarla, a Soledad Lama el estallido de octubre del 2019 la llevó a buscar la forma de ser parte de la solución, como ella le llama, y a movilizarse ella y motivar a otros.
Lo hizo rápido y con dos iniciativas que entusiasmaron a muchos: #súbete, que incentivaba a compartir el auto y ayudar a trasladarse a personas que en esos días se quedaron sin transporte colectivo, y Desafío 10x, orientado a otros empresarios como ella y ya con la mira en respuestas más de largo plazo.
“Ese fin de semana se armó un chat de empresarios que empezamos a preguntarnos cómo esta crisis nos interpela, qué vamos a hacer”, cuenta a dos años y medio de que cristalizara esta idea de que varias empresas sí podían comprometerse a pagar a sus trabajadores un salario de $ 500 mil mensuales o bien que la brecha en su plantilla no superara las 10 veces.
“Podía ser uno de los dos compromisos o los dos. Yo fui la primera que dije ya, sí, yo puedo”, relata.
Otros empresarios comenzaron a sumarse pronto. La iniciativa tuvo amplia difusión y hoy ya hay más de dos mil empresas inscritas, lo que significa que declaran que en un máximo de dos años cumplirán el compromiso 10x. Además, constituyeron una fundación para darle continuidad al desafío, de la que Soledad Lama es presidenta y que tiene 170 empresas socias. El impacto en término de los trabajadores a los que llegan estas compañías es de 46 mil.
“Hay empresas grandes, medianas, más pequeñas; hemos creado una comunidad bien rica, bien nutritiva de empresarios que queremos aprender de los otros, aprender de buenas prácticas y empujar este desafío para convocar a otros que probablemente son como nosotros, solamente que no están inscritos o no nos conocen”, explica.
Soledad Lama fue premiada por la Fundación Mujer Impacta, que busca y distingue a mujeres o emprendedoras sociales que transforman positivamente su entorno. Hasta ahora han destacado a 65 mujeres y ahora la fundación está ad portas de lanzar un nuevo premio anual para lo que abrirá las postulaciones a contar del 30 de junio en mujerimpacta.cl
-¿Cuál es tu balance personal de estas iniciativas a las que has dedicado tu tiempo?
-Hemos avanzado más lento de lo que hubiéramos querido, pero estoy contenta de que dos años y medio después, todavía está la llama en muchos empresarios. Rosen se acaba de sumar. Hay varias empresas que se están uniendo. De hecho, éste ha sido un año bueno para el Desafío 10x, a diferencia de los años más pandémicos, que fueron más difíciles.
También hemos detectado que hay más necesidad de presencialidad así que hemos inventado un Café de Invierno, para vernos y compartir.
-¿Tienen metas para este año?
-Lo ideal es llegar a una 250 empresas socias de la fundación y a 2.500 inscritas. Pero seguimos, esto tiene que seguir creciendo. Hay mucho empresario que cree en esto, y que además puede.
-Desde el estallido han pasado muchas cosas en el país y muchas son distintas ahora…
-Es difícil pedirles a las empresas que aporten o que se desafíen en tiempos de crisis, pero hay que pensar que este desafío nació en un momento de máxima incertidumbre y a mucha gente le hizo sentido ser parte de la solución. Lo que quiero decir es que es más difícil ahora, pero no tanto porque estamos llamando a un grupo de empresarios que cree en su rol social. Aquí estamos tocando la puerta de empresas que están mirando un poco más allá y que están diciendo que el mundo, no solo Chile, está cambiando y nos tenemos que conectar con el rol de las empresas en medio ambiente, en cuidado de las personas, y que se trata de algo estratégico. Esto no es bondad.
-¿La mayoría de los empresarios están en esto?
-Aquí los escépticos se quedan abajo del carro. Las empresas contaminantes quedaron fuera del negocio, las que no se adaptaron a la tecnología, también. Las empresas que no se preocupen de los colaboradores y del factor persona, que no quieran disminuir la brecha, que no entiendan que tienen un impacto en la comunidad, van a quedar fuera del modelo de negocio, se van a perder una ventaja competitiva y van a mostrar desconexión con la comunidad y los consumidores. La gente está chata del abuso, entonces todo lo que es buenas prácticas se felicita y se agradece.
Además, esto tiene que ver con retención de talento. Estamos en un momento de crisis mezclado con escasez de mano de obra, una cosa bien rara, y si trabajas en una empresa que tú sientes que tiene un trato justo, que no hay abuso, te quieres quedar. Si no me llena el corazón, te vas.
-¿Qué te parece el proyecto de 40 horas?
-Me parece positivo en general, que va en la línea de cuidar a las personas, de que la gente tenga tiempo libre y de que se considere que vivimos en un país donde tenemos gente que se está trasladando demasiado lejos para ir al trabajo y que el transporte tampoco es eficiente. Ahora, siempre es importante dejar espacios de flexibilización para ciertas industrias donde me imagino que se generan problemas, es importante que haya un espacio de negociación.