Préstamos chinos a Latinoamérica llega a US$75.000 millones
China aprovechó la sequía del crédito por la crisis financiera global para multiplicar sus préstamos en América Latina, cuyos intereses son más altos que los normales.
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Los bancos estatales chinos han prestado más de US$ 75.000 millones a Latinoamérica desde 2005, y en 2010 aportaron más que el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Ex-Im Bank de EEUU juntos, según un reporte que destaca la creciente influencia china en la región de rápido crecimiento.
“Por el lado positivo, está claro que China es una nueva y creciente fuente de financiamiento en Latinoamérica”, señala el reporte académico independiente "New Banks in Town: Chinese finance in Latin America". “Dicho esto, y en contra de lo que se cree, los países latinoamericanos deben pagar intereses más altos por los préstamos chinos”.
China ya superó a EEUU como principal socio comercial de Brasil y Chile. Además, muchas autoridades de EEUU temen que Beijing use préstamos de bajo interés para “comprar” influencia entre gobiernos latinoamericanos de izquierda que son hostiles a intereses occidentales, y que Beijing use financiamiento barato para garantizar suministros de commodities de largo plazo.
Sin embargo, basta un ejemplo. El China Development Bank, responsable del grueso de los préstamos en Latinoamérica, otorgó un crédito por US$ 10.000 millones a Argentina en 2010 a tasa LIBOR más 600 puntos base. El mismo año, el Banco Mundial prestó a Argentina US$ 30 millones a tasa Libor más 85 puntos base.
“Algunos dicen que la creciente importancia de China en América Latina es impulsada por un deseo ideológico de fortalecer los vínculos Sur-Sur. Otros señalan que China compra influencia con dinero barato”, señala el académico de la universidad de Boston, Kevin Gallagher, uno de los coautores del informe. Pero como los préstamos, aprobados por el partido en Beijing, son hechos por bancos estatales de orientación comercial, “ninguna de las visiones es demasiado acertada”, explica.
Los préstamos a cambios de petróleo, como un acuerdo por US$ 20.000 millones con Venezuela en 2010, también usan precios de mercado.
Además, aunque estos préstamos están entre los más controvertidos – debido a que los fondos pueden ser ampliamente gastados a discreción gubernamental – garantizar los suministros de commodities con créditos de largo plazo y apoyo tecnológico no es nada nuevo: Japón cerró acuerdos similares con China en los ‘70.
“Ahora los chinos están repitiendo el formato nipón en Latinoamérica. Les funcionó”, declara Gallagher.
Los préstamos chinos a la región, que representan más de la mitad de los créditos internacionales de Beijing, se aceleraron en 2009, cuando China aprovechó la sequía del crédito por la crisis financiera global para impulsar su influencia en el exterior.
En 2009, Latinoamérica obtuvo préstamos por US$ 18.000 millones, frente a menos de US$ 1.000 millones antes de 2008, y en 2010 superó los US$ 36.000 millones. Los flujos crediticios netos a la región alcanzaron los US$ 63.000 millones en 2009 y US$ 143.000 millones en 2010, según cifras del Instituto Internacional de Finanzas.
China logró convertirse en una alternativa especialmente valiosa para países en default sin acceso al mercado internacional de capitales, como Argentina y Ecuador, quienes irónicamente están entre los más críticos de la globalización.