A la presión parlamentaria por activar durante esta administración una reforma amplia al sistema previsional se sumó el pasado fin de semana un ingrediente adicional que no estaba disponible hace unos días: las marchas registradas tanto en Santiago como en varias ciudades del país bajo la consigna de “No más AFP”.
En este mismo espacio, el pasado viernes bajo el título de “reforma previsional y realismo económico”, advertimos que este tema sensible y complejo no resiste una aproximación populista, cuestión que a la luz de la evidencia de los últimos días es un riesgo creciente y que podría amagar de manera profunda las ya debilitadas confianzas, al poner en cuestión un pilar central del andamiaje económico y social vigente en el país.
Como han señalado autoridades, ex autoridades, dirigentes gremiales y expertos en materias de seguridad social, este es un tema sensible y complejo, y respecto del cual hay consenso que es posible hacer perfeccionamientos, los cuales pocos discuten van en la dirección de “más AFP” y no menos, o lo que es lo mismo, sincerar que la actual ecuación financiera y demográfica produce en un importante número de personas real frustración.
Acometer el desafío de hacer progresar este tema por un camino realista y no populista exigirá liderazgo, coraje y honestidad, sobre todo de parte de quienes saben que “no hay soluciones mágicas” y que deberán soportar crecientes presiones sociales en lo que viene. Un desafío que, además, pondrá a prueba la estatura de las máximas autoridades del país, partiendo por la presidenta, en un período electoral, en donde su actitud será esencial.