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Las ideas de Bachelet no triunfaron

M. CECILIA CIFUENTES DIRECTORA CENTRO DE ESTUDIOS FINANCIEROS ESE BUSINESS SCHOOL

Por: M. Cecilia Cifuentes | Publicado: Viernes 26 de enero de 2018 a las 04:00 hrs.
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M. Cecilia Cifuentes

La izquierda chilena se encuentra aún en estado de convulsión, luego de sufrir su peor derrota desde el retorno a la democracia, y hasta ahora no se ven señales de que pueda salir de ese estado próximamente.

En ese contexto, sorprende que varios analistas hayan hablado del triunfo de Bachelet y sus ideas. Un triunfo se relaciona con haber demostrado ser el mejor, y esto no es válido ni para las ideas que inspiraron a este gobierno, ni menos para su implementación y resultados.

No es casualidad que estos sean los peores cuatro años en términos de crecimiento y de nuevos proyectos desde la Unidad Popular. Es cierto que el gobierno que termina corrió los límites, avanzando hacia mayor estatismo, pero lo que creció es un Estado ineficiente, con notorias y renovadas carencias para cumplir el rol clave que tiene en una economía social de mercado. Porque tenemos una crisis en la salud pública, los sectores vulnerables no tienen mejor educación, vivimos con temor de ser asaltados en nuestras casas, el problema de las pensiones podría agravarse a futuro y ha recrudecido el conflicto en la Araucanía.

Tenemos un Estado más grande, que ha beneficiado a ciertos grupos de presión, y especialmente a aquellos que ven los recursos públicos como un botín a repartir entre sus correligionarios

¿Eso es un triunfo? Ciertamente lo es para esos grupos de interés, pero no para el país. Contrario a lo que nos dijeron, tampoco la reforma tributaria, que financió solo una parte del mayor gasto público, “compró paz social”, ya que parte del discurso de la Nueva Mayoría intentó revivir la concepción de lucha de clases, de los buenos contra los malos, los poderosos contra los abusados.

Podría reconocer, eso sí, que esto llevó a una fuerte demanda por volver a la búsqueda de acuerdos, catalogada como ilegítima por la Nueva Mayoría, demanda que finalmente fue una de las causas del triunfo de Sebastián Piñera.

Otros plantean como un avance la llamada “agenda valórica”, con la aprobación de la ley de aborto. Sin embargo, para una parte importante del país, en la cual me incluyo, ese “avance” es el peor retroceso, al atentar en contra de lo más esencial que tenemos; el derecho a la vida.

Estoy de acuerdo en que se traspasó una frontera en esta materia, pero no lo estoy en términos de que esto sea un logro en pos de una sociedad más justa y equitativa.

Otros dicen que el triunfo proviene del avance en los llamados “derechos sociales”, que en lo concreto se traduce en la gratuidad en la educación. Acepto que es una política difícil de revertir, al menos en el corto plazo. Sin embargo, existe un amplio consenso técnico de que es regresiva, ineficiente y que deteriora la disponibilidad de recursos para la educación superior, por lo que también tendrá un impacto negativo en la calidad.

El “avance” en este caso se refiere al mayor control estatal de la educación, ya que los recursos dejan de ir a los estudiantes para que libremente opten por la educación que prefieran, y pasan a ser entregados a las instituciones elegidas mediante reglas discrecionales. Parece evidente además que uno de los objetivos no declarados de la reforma educacional fue “bajar de los patines” a instituciones líderes en educación superior, pero no estatales, con el objetivo de que esa sana competencia no siguiera perjudicando con sus buenos resultados a las universidades del Estado. Nuevamente el “triunfo” es solo para los grupos de presión involucrados.

Por último, si fuera cierto que el de Piñera fue sólo un triunfo electoral, pero en términos de ideas y propuestas la ganadora fue Bachelet ¿cómo se explicaría entonces que el candidato que en todo momento se presentó como el claro continuador de esas ideas haya registrado el peor resultado que ha tenido la centroizquierda desde el retorno a la democracia?

En conclusión, los que consideran al gobierno que termina como un triunfador, es porque no están pensando en el país, sino en su ideología y sus intereses. Sin duda que el estatismo avanzó, pero Chile perdió.

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