Riesgos y amenazas 2012
Deberíamos entender que es el momento de incorporar otras visiones al entramado de decisiones públicas y privadas
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Si hoy hablamos de riesgos y amenazas, la mayoría de los lectores probablemente lo vincularan a la economía y las últimas crisis financieras. Analistas, empresarios, altos ejecutivos y directores estarán evaluando y buscando precaverse de los efectos de estos fenómenos. Aunque seguramente los temores puedan persistir.
En Chile y en el mundo se enfrentan estos temores a través de diversas estrategias: conferencias de expertos que dibujan escenarios posibles; análisis y decisión crítica de la conformación de los directorios de empresas; consultorías para medir el riesgo y formación de equipos de planificación con expertos en temas económicos y financieros. Sin duda, ello es vital, sin embargo insuficiente. Es más, hoy se podría afirmar que resulta peligroso.
Hace años, en nuestro trabajo de investigación en la universidad, hemos visto que los factores sociales y políticos, hasta ahora ausentes de estos análisis, han adquirido una alta gravitación. Un reciente informe del Foro Económico Mundial que se refiere al tema contiene una mirada fresca y novedosa. Aquí, las variables políticas, sociales y geopolíticas adquieren un peso mayor en la identificación de riesgos y amenazas.
El informe ubica como la variable de mayor relevancia a la disparidad de ingresos (factor, sin duda económico, pero de fuertísimo contenido social y político). A continuación, los desequilibrios fiscales crónicos. En tercer lugar las emisiones de gases efecto invernadero. En cuarto y quinto lugar los ataques cibernéticos y las crisis de suministro de agua. Además, establece que los centros de gravedad a enfrentar son las variables geopolíticas de fracaso de la gobernanza global, como asimismo la de crecimiento insostenible de la población.
El mapa de riesgo que entrega el informe ubica e identifica aquellos estados cuya fragilidad se ha acrecentado. Curiosamente no son aquellos que han sido pobres por décadas. Si no que se trata de países que fueron ricos, pero donde el Estado ha dejado de cumplir las expectativas y obligaciones tal como las entiende la ciudadanía. En estas sociedades hoy la ley no se respeta porque ha sido sobrepasada o tiene imperfecciones que generan manifestaciones y levantamientos.
El informe merece ser estudiado cabalmente. En él se reafirma lo que desde el ámbito de la estrategia, los estudios geopolíticos y prospectivos hace tiempo se viene estableciendo. Los riesgos y amenazas que afectan a la sociedad y a las organizaciones tienen múltiple causalidad. Cuando se los analiza exclusivamente desde un ámbito en particular o a partir una única dimensión dominante, por importante y gravitante que sea, se incurre en un error. Los procesos de análisis que se originan en información incompleta, con una metodología limitada a un ámbito de conocimiento y donde se omiten o sub valoran factores significativos llegan a conclusiones limitadas que pueden llevar a decisiones equivocadas.
Las conclusiones del Informe nos hacen reafirmar que los riesgos y amenazas de Chile, el año que se inicia, sin duda están vinculadas a los efectos de las crisis económicas en el mundo, pero no sólo a ellos. Vemos que los centros de gravedad del análisis de riesgo, están más cerca y son tal vez de mayor impacto. Ellos se encuentran en el país real y allí es donde deberíamos centrar nuestra atención.
Movimientos sociales, brechas y desequilibrios que generan inequidades, certeza jurídica o falta de ella, sensación de algunos sectores de estar excluidos constituyen, entre otros, gérmenes de riesgos que pueden ser gravitantes. Ponderarlos, asumirlos y enfrentarlos en su mérito hace necesario un nuevo tipo de organización, de sistemas de análisis y decisiones. Deberíamos entender que es el momento de incorporar otras visiones al entramado de decisiones públicas y privadas.