Inmigrantes que emprenden

n Chile, la discusión sobre la inmigración ha tenido diversas fases y aristas en los últimos años. Desde la falta de una conciencia sobre la magnitud del fenómeno migratorio en el pasado gobierno (y por ende, de una política para abordarlo), a la reorganización de Extranjería bajo el actual, que ha permitido poner orden y reglas en una instancia sobrepasada; del debate sobre las formas de ingreso al país, al análisis del efecto de los migrantes en el empleo y el crecimiento; de las eventuales demandas que plantean estos nuevos habitantes a los servicios e instituciones del Estado, a las muchas formas en que aportan a la vida de su nuevo país y la enriquecen.

En esta edición (páginas 18 y 19), entregamos cifras sobre el positivo impacto de la inmigración en el emprendimiento, donde resaltan dos datos especialmente reveladores: según cifras oficiales, al cierre del primer semestre de este año, un 10% de las casi 79 mil personas que crearon sociedades fueron extranjeros; y de las 460 mil que lo han hecho desde 2016 a la fecha, el 7,7% son emprendedores de otra nacionalidad.

Dicho esto, la evidencia objetiva del aporte que hacen los inmigrantes al progreso económico no es sólo una razón para darle la bienvenida, sino también un recordatorio de la importancia de comprender mejor el fenómeno y prepararnos para él. Un documento como “Inmigración y Derechos Laborales en Chile: trabajadores extranjeros y normativa vigente en contexto”, elaborado por la Dirección del Trabajo, da cuenta de esa preocupación, como hace poco también lo hizo el Banco Central en su Informe de Política Monetaria, al sopesar el rol de la inmigración en el aumento del PIB tendencial, por citar sólo dos ejemplos.

Aunque en términos históricos la inmigración no es de ningún modo una ocurrencia novedosa para nuestro país, el fenómeno actual tiene mucho de inédito, por su intensidad y otras características. Un desafío, sin duda, pero para chilenos e inmigrantes también una oportunidad sin precedentes.