Dificultades de un proceso de paz
Profesor de Derecho Internacional, Facultad de Derecho Pontificia Universidad Católica de Chile
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El rechazo, por una escasa mayoría, del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, nos demuestra las dificultades que se plantean en los procesos de paz y, en particular, de la denominada Justicia Transicional.
En particular, de las dificultades que se plantean en equilibrar el deseo de lograr la paz con los requerimientos de la justicia, en especial, tratándose de la investigación, juzgamiento y sanción de los más graves crímenes contra el Derecho Internacional como son los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad.
En primer lugar, debe afirmarse que solo a las autoridades y pueblo colombiano le corresponde esta soberana decisión, cabiéndole solo a la comunidad internacional apoyar este proceso, sin interferir en una decisión que es propia de la jurisdicción interna de Colombia.
Dos son los elementos del Acuerdo que al parecer dividieron al votante colombiano y que finalmente llevaron a su rechazo: 1) la apreciación que el Acuerdo implicaba una eventual amnistía para los dirigentes de las FARC acusados de crímenes de guerra y de crímenes de lesa humanidad; y 2) el otorgamiento de cinco curules en dos congresos sucesivos a las FARC.
Respecto del primero, más allá de las consideraciones de justicia que el Acuerdo implicaba, dejaba abierta la posibilidad del ejercicio de la jurisdicción complementaria de la Corte Penal Internacional, de cuyo Estatuto, Colombia es Parte, al poder eventualmente dicho Tribunal internacional considerar que se daban los supuestos por falta de justicia de ejercer su jurisdicción.
En relación con el otorgamiento a las FARC de curules garantizados, al parecer, primó la opinión que ello era contrario al principio de la igualdad ante la ley e implicaba una discriminación no justificada respecto de las demás opciones políticas.
Si bien el Acuerdo ha sido rechazado, el margen fue escaso y no lo fue en contra del proceso de paz, sino en contra de los términos específicos del Acuerdo. Todo ello, abre la oportunidad para la renegociación del Acuerdo en términos que este realmente responda a um consenso nacional.
Los primeros indícios han sido alentadores, reflejados en el diálogo que se ha abierto para los objetivos antes indicados, entre el Gobierno y los partidarios del rechazo del Acuerdo; como también en la reacción cautelosa de las FARC y la mantención del Alto al Fuego acordado.
Por último, debe destacarse a la figura del Presidente Juan Manuel Santos, el cual ha sido reconocido con el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos en lograr la paz y la del ex Presidente Alvaro Uribe cuya decisión en el combate en contra de la narco guerrilla de las FARC, las debilito y obligó a negociar.