SII pone la lupa sobre Uber: inicia proceso de fiscalización y oficia a bancos por remesas al exterior

Uno de los focos que tendrá el Servicio de Impuestos Internos (SII) en su proceso de fiscalización este año se relaciona con la denominada “economía digital”. O sea, las diversas aplicaciones que operan en el país y que generan ingresos tanto para sus operaciones en Chile como para sus matrices en el exterior.

Una de ellas es Uber. La aplicación de transporte de pasajeros está en la lupa del organismo liderado por Fernando Barraza, que inició formalmente una serie de procesos de fiscalización sobre la entidad.

Desde el SII explicaron que en las últimas semanas se enviaron oficios a una serie de bancos locales con el fin de obtener mayor información sobre las remesas al exterior que envía la filial local Uber Chile a su matriz Uber BV en Holanda.

Las diligencias buscan determinar cuál debe ser la tributación a la que está afecta la empresa, en línea con el foco de fiscalización de la entidad sobre otras tecnológicas similares, como Cabify y Airbnb.

Otro foco de análisis de Impuestos Internos serán los conductores asociados a la empresa. Con una serie de requerimientos a la compañía, se buscará identificar a los choferes que no declaren la totalidad de las rentas obtenidas

Reuniones con empresa

Fuentes al tanto del proceso de fiscalización comentan que desde el año pasado el SII ha solicitado una serie de antecedentes a Uber Chile para conocer su estructura tributaria y entender su negocio.

Los acercamientos han incluido requerimientos de información, notificaciones e inclusive reuniones con ejecutivos. Todo, recalcan las mismas fuentes, en un tono “exploratorio” y no en el entendido de un proceso formal de fiscalización abierto.

Otra de las razones que explicarían la fiscalización formal a Uber radica en que el Congreso ha asumido un rol más activo en el debate sobre regular la existencia de la aplicación.

En este contexto, el 6 de junio la comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones de la Cámara ofició a Barraza solicitándole informar la exigencia legal, desde el punto de vista tributario, que deben cumplir Uber y Cabify, para operar en Chile.

Adicionalmente, en el documento se le pide al SII comunicar si dichas empresas se encuentran registradas en el servicio y si han pagado tributos de alguna naturaleza.

Fuentes cercanas al servicio comentan que Barraza responderá el oficio en las próximas semanas.

La minuta al Congreso

Hace más de un año, el SII dio muestras concretas a los parlamentarios de lo que se venía para Uber y otras plataformas tecnológicas en materia de fiscalización.

En una minuta enviada a la comisión de Transporte y Telecomunicaciones del Senado el 15 de mayo del año pasado, Barraza advirtió que la legislación tributaria de Chile no tiene “reglas o normas especiales” que regulen las operaciones de comercio ligadas a la economía digital, ya que no se encuentran “expresamente” gravadas en la actual legislación.

Ante lo anterior, señaló el texto, “necesariamente se debe aplicar la normativa general vigente”, recordando que la primera de las 15 acciones que considera el plan de acción tributario de la OCDE -conocido como BEPS- apunta justamente a manejar los desafíos tributarios de la economía digital.

“Este plan presenta soluciones globales para proteger la base tributaria nacional contra el traslado artificial de las utilidades a otras jurisdicciones, en el IVA y la renta”, rezaba la minuta.

El SII recomendó un marco normativo especial para el segmento de la economía digital, con medidas para establecer el deber de retención del IVA o del Impuesto a la Renta al intermediario tributario digital, y evaluar la pertinencia de establecer un método de determinación de la renta afecta en el caso de los prestadores o personas situadas en Chile, entre otras propuestas.

 El lento avance de la reforma legal en el Congreso

El proyecto que moderniza la legislación sobre transporte público remunerado, también conocido como "Ley Uber", destinado a regular el funcionamiento de estas tecnologías sigue en la comisión de Obras públicas, Transportes y Telecomunicaciones de la Cámara de Diputados, pese a tener suma urgencia desde el 21 de marzo. La iniciativa legal ingresó el 25 de octubre del año pasado a la Cámara y busca sacar de la informalidad el funcionamiento de las aplicaciones de transporte remunerado.

El proyecto aún no ha sido votado y se encuentra en fase de audiencias públicas. Terminando éstas, procedería a una votación general que de tener un resultado favorable lo llevará a la Sala.

Algunos de los puntos son la exigencia de que los conductores cuenten con una licencia tipo A, que las aplicaciones formen parte de un registro administrado por la Subsecretaría de Transportes y que un pago por kilómetros recorrido financie proyectos que aporten tecnología al sistema. Hasta el momento, han asistido a la audiencia el gerente general de Uber, Carlos Schaaf; el presidente de la Confederación Nacional de Taxistas, Luis Reyes; la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Paola Tapia; un representante del Servicio de Impuestos Internos, así como el gerente general de Cabify, Agustín Guilisasti, y el director ejecutivo de la aplicación Allrideapp, Pablo Alvéstegui.

CEO renuncia cediendo a presiones de inversionistas tras una serie de escándalos

Travis Kalanick, fundador de Uber, anunció ayer su renuncia al puesto de director ejecutivo de la empresa, poniendo fin a ocho años en que su firma revolucionó la industria del transporte de pasajeros y logró expandirse por más de 70 países, pero siempre rodeada de controversias por no pagar impuestos y por su cultura machista. "Amo a Uber más que a nada en el mundo y en este difícil momento en mi vida personal he aceptado la petición de los inversionistas de dar un paso al costado para que Uber pueda volver a construir en lugar de distraerse con otra pelea", aseguró Kalanick en un comunicado. El ejecutivo se mantendrá, eso sí, en el directorio.

Kalanick estaba siendo crecientemente cuestionado por los inversionistas, que han inyectado más de US$ 15 mil millones en una empresa que ha quemado miles de millones de dólares, y que ha sido golpeada por una serie de escándalos en lo que va del año.

La firma fue acusada de usar un software para engañar a los reguladores y fue demandada por Alphabet por la tecnología de los autos sin conductor. Pero lo que más ha resonado es su cultura corporativa machista. Una investigación de más de 200 casos de acoso sexual terminó en el despido de 20 personas de Uber a principios de junio. La semana pasada David Bonderman tuvo que renunciar al directorio tras realizar comentarios machistas en una reunión de la junta. Y el mismo Kalanick se refería a su empresa como "Boob-er" (que en inglés hace referencia a los pechos).

Según sus críticos, los problemas de la empresa derivan de que está moldeada a la personalidad de Kalanick, un sujeto agresivo y con tendencia a romper las reglas. De hecho, tras encabezar una investigación sobre los problemas de la cultura corporativa de Uber, el bufete del ex fiscal general Eric Holder recomendó reducir el rol del ejecutivo. El propio Kalanick había prometido que cambiaría luego de que se difundiera un video en que retaba a un conductor de la firma. El ejecutivo explicó que buscaría "ayuda de liderazgo" y que necesitaba "madurar". Pero a los inversionistas se les acabó la paciencia y presionaron por su salida definitiva.

Kalanick finalmente cedió, influenciado por el duro momento que vive: la semana pasada anunció que se ausentaría de forma indefinida de la firma tras un accidente que le costó la vida a su madre. Desde entonces, Uber está siendo administrado por un comité de 14 ejecutivos.