Las 10 claves del estreno de la Convención: señales del día 1 en el epicentro de la historia
Los 96 votos que obtuvo Elisa Loncon para la presidencia representan un primer signo de la organización de fuerzas internas en un órgano diverso y fragmentado donde la oposición triunfa si logra articularse y la derecha muestra disciplina.
- T+
- T-
1. La presidencia en manos de una indígena mapuche
Había cierto consenso en que la presidencia de la convención debía quedar en manos de una mujer. Pero no resultaba nada evidente que la académica Elisa Loncon lograría quedarse con el cargo, pese al apoyo del Frente Amplio, de los socialistas y de los siete mapuche que levantaron su postulación. Sobre todo, porque no había acuerdo en torno a su nombre en la mayoría opositora y porque parte de los representantes de los originarios levantaron a última hora la candidatura de Isabel Godoy, del pueblo colla. La doctora en Lingüística, sin embargo, fue electa en segunda vuelta con 96 apoyos, luego del respaldo de los otros 10 escaños reservados no mapuche, de convencionales de la Lista del Pueblo y del PC. En su primer discurso, pronunciado en mapudungún y luego en castellano, Loncon habló de la “refundación de Chile” y entregó señales de inclusión: “Esta fuerza es para todo el pueblo, para todos los sectores y regiones, para todas las naciones originarias que nos acompañan, para todas las organizaciones y la diversidad sexual. Este saludo es para las mujeres que caminaron en contra de todo sistema de dominación”.
2. Los 17 escaños indígenas no votan en bloque
De la elección de la presidencia, donde los mapuche levantaron hace una semana la candidatura de Loncon, se desprende que entre los representantes de los pueblos indígenas no existe una postura única, que existe cierta distancia entre los siete mapuche y el resto frente a determinados asuntos y que no tienen problemas en dejar al descubierto estas fisuras. Aunque existen asuntos de máxima relevancia que los aglutinan, como la plurinacionalidad, resulta una incógnita si en el transcurso de la convención actuarán como un conjunto. Lo mostrarán en los 274 días (ampliables a 365) que tendrá la convención para redactar la nueva Constitución.
3. La primera señal política
En una primera señal política de la convención, se advierte una articulación entre los socialistas, los mapuche y el Frente Amplio, que lograron en conjunto impulsar a su candidata Loncon, con 58 votos en primera vuelta. Esto da cuenta de que las conversaciones informales previas surgieron efecto. Luego, en la segunda votación, Loncon necesitaba solo 20 votos adicionales, pero se les sumaron convencionales de los pueblos originarios, de la Lista del Pueblo y el Partido Comunista, con lo que llegaron a los 96 respaldos (62% de la convención).
Ni la derecha ni los Independientes No Neutrales se sumaron a la postulación de la doctora en Lingüística, porque en segunda vuelta insistieron con sus propios candidatos: Harry Jürgensen, que obtuvo 36 y 33 en ambas vueltas, y Patricia Politzer, que pasó de 20 a 18. Este escenario deja un elemento central sobre la mesa, que evidentemente puede cambiar con el transcurso de los días. La oposición presenta alternativas divididas, pero, de unirse, lograrían fácilmente un alto quórum de los dos tercios.
4. La disciplina de la derecha
Sin el tercio de los votos necesarios para vetar las normas constitucionales, la derecha, con 37 miembros, este domingo se mostró unida y disciplinada, sin grandes aspavientos, pero firmes. Lo mostró en la votación por la presidencia y vicepresidencia, lo que deja en evidencia que son un grupo minoritario, pero con prácticamente total cohesión. Existe, sin embargo, una excepción: uno de sus convencionales, Bernardo de la Maza, se despegó de los acuerdos del pacto y votó por la libre, lo que no asegura su respaldo a las iniciativas del sector en el futuro.
Pese al orden de los convencionales de Chile Vamos, sin embargo, las apuestas de la derecha oficialista solo fueron testimoniales y no lograron ningún cargo en la mesa, como resultaba evidente.
5. Las dos izquierdas
Los incidentes ocurridos en el exterior de la sede del Congreso, que interrumpieron los primeros momentos de la instalación de la convención, obligando a su receso, dejaron en evidencia los dos tipos de estilo de la oposición dentro de la convención. Fueron integrantes de la Lista del Pueblo los que interrumpieron a gritos a la secretaria del Tricel y salieron en bloque a la calle, acusando una represión policial en contra de los manifestantes que se concentraron temprano en la Plaza Italia por su convocatoria. La propia convencional Giovanna Grandón, sin embargo, no fue bien recibida en la calle y en un video que circuló en Instagram acusó que los manifestantes no querían que se iniciara el proceso: “Es un grupo de anarquistas que no quieren nada”, señaló la constituyente de la Lista del Pueblo. Hubo intentos de negociación de parte de distintos grupos de la oposición, del Frente Amplio y el PC, mientras los convencionales ligados a la exConcertación, de la lista Apruebo (con 25 miembros), marcaron una evidente distancia del estilo de confrontación en la sesión inaugural. El convencional Renato Garín habló de una bochornosa jornada y pidió disculpas ante la televisión, aunque responsabilizó al gobierno. El Ministerio del Interior informó que hubo 15 carabineros heridos y seis detenidos hasta la una de la tarde, mientras una mujer fue lesionada en un ojo con un objeto contundente.
6. Del nerviosismo inicial a un buen proceso
Las primeras horas de la instalación estuvieron marcadas por las altas expectativas ciudadanas, el nerviosismo de convencionales que debutan en la esfera pública y mediática y la profunda desconfianza hacia las instituciones, la clase política y los diferentes sectores de la sociedad, que se vio expresado ayer en la jornada en la sede del Congreso en Santiago. Pero, aunque desde todos los sectores hubo convencionales que apostaron a marcar su identidad individual y de sus colectivos, con proclamas, protagonismo, salidas de libreto, etcétera, la convención con el paso de las horas fue tomando un ritmo adecuado que posibilitaría las discusiones. Se mostró con las votaciones de la presidencia y de la vicepresidencia, que se desarrolló adecuadamente y se respetaron los tiempos y los resultados.
7. Una buena jornada para el Frente Amplio
Fue una buena jornada para las fuerzas del Frente Amplio en las convención: la candidata a la que apoyó, Elisa Loncon, se quedó con la presidencia y, luego, logró instalar al constitucionalista Jaime Bassa en la vicepresidencia en la tercera vuelta de las votaciones, con 84 votos. Fue una disputa reñida con Rodrigo Rojas Bade, de la Lista del Pueblo. Estos triunfos muestran la capacidad de negociación que está alcanzando el Frente Amplio en el marco de las primeras horas de la constituyente, aunque la Lista del Pueblo los sobrepasa en número (tienen 27). “Esta jornada nos da la esperanza de construir un futuro distinto y un país justo, inclusivo, igualitario”, aseguró Bassa en su primera intervención como vicepresidente. Habló de “una sociedad fragmentada, en crisis y mercantilizada”, de un “camino republicano y popular”, junto con peticiones sobre las personas en prisión desde el estallido social: “Esta mañana asumimos públicamente el desafío de discutir una declaración de esta asamblea respecto de los presos de la revuelta”, anunció el abogado.
8. La apuesta por la institucionalidad
Pese a las convocatorias a las concentraciones y marchas para antes de la ceremonia de instalación de la convención, las movilizaciones fueron ruidosas y provocaron desorden, pero no multitudinarias. De partida, no solo hubo una manifestación, sino múltiples expresiones de distinto calibre, desde el PS en el monumentos a Salvador Allende en la plaza de la Constitución a la marcha de la Lista del Pueblo. Pero la tranquilidad de la ciudad, empujada por el contexto de la pandemia, permitiría concluir que la sociedad chilena en su conjunto se ha sumado naturalmente al camino de la institucionalidad, pese a la baja participación en las últimas elecciones.
9. El protagonismo lo tiene la convención
Con excepción del candidato a la presidencia comunista, Daniel Jadue, que marchó por la mañana con su partido por el centro de Santiago, ayer prácticamente estuvieron ausentes del debate público los presidenciables de todos los sectores, que solo interactuaron por las redes sociales. Lo mismo ocurrió con el Parlamento, que se renovará en noviembre, cuyos integrantes desde este domingo comenzarían un período de evidente pérdida de protagonismo en relación al órgano constituyente. La ausencia de los tres poderes del Estado en la ceremonia de instalación, como estaba previsto por la resistencia de grupos de convencionales, no solo representa una señal de independencia, sino de una cierta superioridad que se ha instalado entre ciertos convencionales y fuerzas. El silencio de La Moneda fue interrumpido solo por el presidente Sebastián Piñera, que a través de Twitter saludó a Loncon: “Felicitaciones a Elisa Loncon por su elección como presidenta de la convención constitucional. Le deseo sabiduría, prudencia y fortaleza para guiar la convención hacia una buena Constitución, respetando su mandato y recogiendo nuestras tradiciones republicanas y valores de nuestro pueblo”.
10. Lo pendiente
Aunque se ha elegido la presidencia y la vicepresidencia, no están definidas todavía las atribuciones de ambos cargos. Tampoco si se ampliará la mesa a tres, cinco o siete miembros, lo que comenzará a ser discutido hoy, a las tres de la tarde, cuando los 155 convencionales se vuelvan a reunir en los patios de la sede del Congreso de Santiago. Sesionarán hasta el jueves, entre diez de la mañana y cinco de la tarde, pero desde este lunes se conformarían las primeras comisiones de mayor urgencia. Como primera propuesta, un grupo de mujeres hizo llegar a la mesa un posible reglamento con orientación feminista. La convencional de la UDI Constanza Hube también hizo llegar un documento. En tanto, habrá dos asuntos clave que Loncon y Bassa pusieron sobre la mesa a última hora de la primera sesión: la convención discutirá en las próximas sobre la amnistía a los presos de las revueltas y los de la Araucanía, aunque la convención no tiene injerencia en materias propias de otros poderes del Estado, según los expertos.