La decisión de Transport for London (TfL), la empresa que gestiona el transporte público de Londres, responde, según el medio, a la preocupación que suscitan las políticas cataríes hacia la comunidad LGBTI y su trato hacia los trabajadores migrantes.
Según esta información, Doha ha enfurecido tras la decisión, en un momento en que es blanco de las críticas como anfitrión del Mundial de fútbol.
Una fuente catarí señaló al diario que TfL contactó con Q22 -el órgano que coordina la celebración del Mundial- y con la autoridad turística catarí para informarles esta semana del veto.
Tras ello, Doha lanzó "una revisión de sus inversiones actuales y futuras en Londres", donde es uno de los mayores inversores a través de su fondo soberano.
La misma fuente añadió que Qatar estudia ahora mover su dinero a otras ciudades británicas y otros países, al considerar que el mensaje que Londres ha lanzado es que las empresas cataríes no son bienvenidas en la capital, según recoge la agencia Efe.
En 2019, el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, pidió a TfL que examinase la publicidad y patrocinios que recibe de países con leyes anti LGBT, lo que llevó a la suspensión de nuevos acuerdos con 11 países, entre ellos Qatar, Pakistán y Arabia Saudí.
TfL admitió que "algunos anuncios" de esos países todavía estaban siendo mostrados en la red de transporte, según el Financial Times pero el veto llegó después de la decisión de Qatar de impedir que las selecciones nacionales lleven el brazalete arcoiris en los partidos del Mundial.