El nuevo aumento de capital del mayor
banco suizo, UBS, por 9.350
millones de euros, aprobado hoy en asamblea general, devuelve el
aliento a esta entidad, la más afectada del mundo por la crisis de
las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos.
Esta nueva capitalización estará abierta a todos los accionistas
y es la segunda que UBS se ha visto forzado a realizar como
consecuencia directa de su fuerte exposición al mercado de las
hipotecas "subprime".
La primera se elevó a 8.400
millones de euros, de los que 11.000 millones fueron inyectados por
el fondo soberano de Singapur GIC, que se convirtió así en el primer
accionista del grupo al detentar el 9% del capital,
mientras que el resto fue aportado por un inversor árabe anónimo.
La asamblea general aprobó igualmente el nombramiento de Peter
Kurer, jurista de 59 años, como presidente del Consejo de
Administración en sustitución de Marcel Ospel, quien dirigió el
mayor banco de Suiza en los últimos seis años.
El nuevo presidente era director jurídico del grupo bancario
desde 2002.
En esta reunión, los accionistas aceptaron igualmente la
propuesta de renunciar al pago en efectivo de los dividendos del
ejercicio 2007, que recibirán bajo la forma de acciones.
El banco, que en sus diez años de historia no había parado de
crecer y se había convertido en el mayor gestor de fortunas del
mundo, sufrió por primera vez pérdidas el año pasado, que fueron del
orden de 2.700 millones de euros como consecuencia directa de las
inversiones especulativas de su banca de negocios en activos
inmobiliarios de alto riesgo en Estados Unidos.
Las cifras rojas no terminaron allí, pues el banco anunció a
principios de mes que perdió unos 7.700 millones de euros en el
primer trimestre de 2008.
A ello se suman depreciaciones de activos que han alcanzado hasta
ahora los 23.000 millones de euros.
La reunión anual de accionistas se desarrolló en un ambiente más
calmado que la asamblea general extraordinaria que el grupo tuvo que
celebrar en marzo para hacer aprobar medidas urgentes ante las
graves pérdidas que ha sufrido.
Sin embargo, hubo momentos de tensión e intercambios rudos, pero
sobre todo un fuerte interés de numerosos accionistas por tomar la
palabra en intervenciones que se habían previsto fueran de 5
minutos, pero que tuvieron que limitarse a 2,5 minutos debido al
gran número de personas que deseaban dejar sentada su posición.
Gran parte de las críticas estuvieron relacionadas con las altas
remuneraciones que en los últimos años han recibido los directivos
del banco, que ante la crisis actual tuvieron que renunciar a su
bono anual (remuneración variable) correspondiente a 2007.
Con todo ello, el banco destinó más
de 14.800 millones de euros a la remuneración de sus colaboradores,
con la mitad de ese importe que fue para bonos.
Asimismo, se repitieron las críticas a la mala gestión de riesgos
y cuentas del banco, así como a los miembros del Consejo de
Administración, a los que varios accionistas les pidieron que
renuncien.
En su intervención en la asamblea, Peter Kurer anunció ya su
primera medida como presidente, que consistirá en la creación de un
comité de riesgos que analizará sistemáticamente las carteras del
banco para evitar nuevas situaciones desastrosas como la que vive
hoy el banco.
Con la llegada de Kurer se abre una nueva era para el banco, pero
los analistas creen que será transitoria y durará el tiempo que le
tome a UBS retomar el camino del crecimiento y recuperar la
confianza del mercado y de sus clientes