El
Banco de Francia tuvo el pasado año 2.317 millones de euros, un incremento del 86%
respecto a 2006, que se explica sobre todo por el aumento de la circulación
fiduciaria (monedas y billetes) y por el incremento de los tipos de interés.
La circulación fiduciaria de monedas y billetes de euros creció en 2007 un
8,9%, un ritmo no obstante inferior al 11,2% registrado el ejercicio
precedente, explicó en conferencia de prensa el gobernador del Banco de
Francia, Christian Noyer.
A eso se añadieron las ventas de 125 toneladas de oro por 2.000 millones de
euros, que se sumaron a sus fondos de divisas como en los ejercicios
precedentes: desde septiembre de 2004 ha cedido 4.900 millones de euros de sus
reservas del metal precioso.
Con todo eso, la entidad emisora disponía de 124.000 millones de euros
invertidos en diferentes productos, 16.000 millones más que en 2006, precisó
Noyer.
El segundo gran elemento que más contribuyó al beneficio anual fue el aumento
de la rentabilidad en la remuneración de sus inversiones (desde el 3,34% de
media en 2006 al 3,97% en 2007) gracias en particular al alza del tipo de
interés a corto plazo, destacó.
El gobernador aseguró que "la crisis financiera no ha tenido más que un
impacto marginal" en los resultados, aunque más tarde reconoció que la
depreciación del dólar frente al euro han acarreado "minusvalías
latentes" de 2.800 millones de euros, que en cualquier caso no tienen
efecto contable en la cuenta de beneficios de 2007 ya que se imputan al fondo
de divisas.
A ese respecto y sin querer avanzar de cuánto oro prevén desprenderse este año,
recordó que hasta ahora "hemos aprovechado las ventas para diversificar
nuestros fondos" en divisas, aunque "el dólar sigue siendo el
elemento preponderante".
Noyer destacó que "en 2007 nos beneficiamos plenamente de la reforma de
estructura" del Banco de Franciay se refirió en particular a "un
control continuo de las cargas de explotación".
Si se excluyen los elementos no recurrentes, esas cargas de explotación bajaron
un 1,2% el pasado año, a lo que contribuyó una disminución de 753 empleados, lo
que equivale a un 5,5% de la plantilla.
En cuatro años, desde el lanzamiento de un plan de reestructuración que ha
disminuido el número de sucursales e implantaciones en el país de 211 a 128, el número de
asalariados ha caído un 17% (unas 2.700 personas).