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Sarkozy defendió medidas a favor del empleo pese a críticas de sindicatos

Los trabajadores amenazan con una huelga general el jueves, pero el mandatario mantendrá sus reformas.

Por: | Publicado: Martes 27 de enero de 2009 a las 13:41 hrs.
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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se mostró hoy firme en la defensa de las medidas para favorecer la creación de empleo de su Gobierno, pese a las críticas de los sindicatos, que han convocado una jornada de huelga general para el próximo jueves.

"Tengo que decidir con sangre fría, con calma, no tengo que hacerlo en función de lo que diga un periódico o del que grita más fuerte", aseguró Sarkozy durante una visita a una pequeña empresa de componentes electrónicos de Châteauroux, en el centro del país, donde habló de sus medidas contra el paro.

El presidente dijo "comprender" los problemas que atraviesan los trabajadores afectados por la crisis económica, que se encarnarán en la huelga general que amenaza con paralizar el país el jueves.

Pero Sarkozy no cambiará el rumbo de sus reformas a causa de esa jornada, porque aunque dijo estar "abierto al diálogo, a la concertación", apostó por "ser decididos" para no "caer en el inmovilismo".

El jefe del Estado recordó las principales medidas para mantener el empleo, que resumió en la mejora de la indemnización parcial para los parados y en la creación de zonas especiales de reinserción en aquellos lugares en los que el tejido económico se ha visto más afectado.

El objetivo, según Sarkozy, es que la crisis no provoque una explosión del paro en el país y que las empresas no aprovechen el contexto mundial para deslocalizar su producción.

A finales del año pasado, el paro superó en Francia los dos millones de personas, el 7,8 por ciento de la población activa.

"Mi proyecto es mantener las fábricas en Francia, conservar los empleos en Francia y aprovechar la crisis para modernizar el país", aseguró Sarkozy.

Pese a las "inquietudes" que genera la situación económica, el presidente se mostró "decidido" a mantener sus reformas para "adaptarse y construir una economía más fuerte".

El presidente recordó, a modo de ejemplo, que el Gobierno ultima un plan para ayudar al sector del automóvil, aunque señaló que la condición indispensable es que la producción se mantenga en suelo francés.

El propio Sarkozy anunciará las medidas concretas a mediados del mes próximo, dijo.

Disconformidad

El dispositivo a favor del empleo que ha puesto en marcha el Ejecutivo francés no ha convencido a los sindicatos, que se han puesto de acuerdo para convocar una huelga general que vendrá acompañada de manifestaciones en diversas ciudades del país.

Los representantes de los trabajadores reclaman más firmeza contra los expedientes de regulación de empleo para evitar que los empresarios aprovechen el contexto económico para reducir sus plantillas.

Además, piden que las ayuda públicas se concedan exclusivamente bajo la condición de que se mantengan los empleos en suelo francés y que las jornadas de reducción de empleo en las empresas por la caída de la demanda sean aprovechadas para formar mejor a los trabajadores.

Finalmente, los manifestantes reclamarán que el Estado renuncie a su plan para reducir 30.000 puestos de funcionarios durante este año.

La huelga tendrá en el sector público un especial seguimiento y, en particular, en los transportes, que pueden ser, una vez más, un cuello de botella para amplificar el paro.

Según las previsiones de Aviación Civil, las compañías aéreas pueden verse obligadas a anular el 70% de los vuelos con salida o llegada a aeropuertos franceses.

Los trenes regionales también verán reducidas sus frecuencias, mientras que en los transportes públicos de París el paro afectará a los trenes de cercanías y al metro, pero no a los autobuses, que funcionarán con normalidad.

La huelga también afectará a otras ciudades del país, lo que obligará a muchos usuarios a decidirse por viajar en coche, lo que puede generar atascos en las grandes urbes.

La huelga afectará también a los servicios de correos, a la educación y a los hospitales, donde sólo funcionarán los servicios de urgencias en numerosas ciudades.

Las cadenas públicas de televisión y radio, así como otros servicios del Estado, también están convocados al paro, al que también están llamados los trabajadores de la banca.

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