Los fiscales estadounidenses acusaron a 10 ciudadanos chinos y dos agentes del gobierno de ataques informáticos dirigidos contra disidentes, grupos religiosos, medios de comunicación y agencias del gobierno estadounidense, lo que aumentaría la tensión entre ambos países.
Según denuncia Estados Unidos, el gobierno chino pagó a Anxun Information Technology, una empresa de ciberseguridad también conocida como i-Soon, para hackear y robar información de una manera que ocultara su participación.
Detalle de los cargos
Ocho empleados de iSoon y dos funcionarios del Ministerio de Seguridad Pública de China fueron acusados de varios delitos por su presunto hackeo de cuentas de correo electrónico, teléfonos móviles, servidores y sitios web entre 2016 y 2023, según una acusación formal revelada este miércoles. También se hicieron públicos cargos separados contra otros dos ciudadanos chinos, que los fiscales dijeron en un comunicado que estaban vinculados a una reciente violación de datos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
“Seguiremos luchando para desmantelar este ecosistema de mercenarios cibernéticos y proteger nuestra seguridad nacional”, dijo Sue J. Bai, jefa de la división de seguridad nacional del Departamento de Justicia, en un comunicado.
Los representantes de i-Soon no respondieron a las solicitudes de comentarios. Un funcionario del gobierno chino dijo que las acusaciones se basan en “especulación y denuncias infundadas”.
“Instamos a Estados Unidos a que deje de utilizar cuestiones de ciberseguridad para difamar a China”, dijo Liu Pengyu, vocero de la Embajada de China en Washington.
Los acusados no han sido detenidos y el Departamento de Estado de Estados Unidos ofrece una recompensa por información que conduzca a sus arrestos, según un comunicado del Departamento de Justicia.
Presunto ataque cibernético
i-Soon llamó la atención el año pasado cuando se publicaron archivos atribuidos a la empresa en el sitio de intercambio de códigos GitHub, revelando cómo las empresas de ciberseguridad, los investigadores y el gobierno en China estaban íntimamente entrelazados.
Según los fiscales estadounidenses, el personal de la empresa china actuó en ocasiones siguiendo instrucciones del gobierno chino y en otras, eligió sus propios objetivos de piratería y luego vendió material robado a diversas agencias gubernamentales chinas. Estas campañas supuestamente le reportaron a la compañía decenas de millones de dólares en ingresos.
Entre las víctimas del ataque informático de i-Soon se encuentran al menos tres medios de comunicación, el Departamento de Comercio de Estados Unidos, la Administración de Comercio Internacional, la Agencia de Inteligencia de Defensa, un grupo religioso con miles de iglesias y personal de la Asamblea del Estado de Nueva York.
Los presuntos piratas informáticos también habrían atacado a una persona en Estados Unidos que ha criticado al gobierno chino y a un grupo de Texas que promueve los derechos humanos en China.
Un informe del Tesoro sobre la filtración de datos reveló que piratas informáticos patrocinados por el Estado chino accedieron a material no clasificado en más de 400 computadoras portátiles y de escritorio, y se interesaron especialmente por las máquinas del personal y de los altos dirigentes centrados en las sanciones, los asuntos internacionales y la inteligencia. Los dispositivos afectados incluían la computadora de la ex secretaria Janet Yellen.