El presidente brasileño, Luiz
Inácio Lula da Silva, aseguró hoy que su Gobierno mantiene una
posición de cautela ante la crisis internacional provocada por el
temor a una recesión en Estados Unidos, pero insistió en que el país
continúa y podrá seguir inmune a esas turbulencias.
"Hasta ahora no hay indicios de que esa crisis pueda causar
problemas en Brasil. Aunque, si hay una crisis profunda en los
Estados Unidos, una recesión, eso va a provocar problemas en todos
los países del mundo", afirmó el jefe de Estado en su programa
semanal de radio.
"La crisis no llegó a Brasil y nosotros trabajamos con la
hipótesis de que esa crisis no va a llegar a Brasil por varias
razones", agregó el gobernante al referirse a una posible recesión
que viene siendo considerada como la peor desde la de 1929.
Lula enumeró algunas de tales razones: "Primero porque el sistema
financiero brasileño no tiene títulos inmobiliarios estadounidenses;
segundo porque Brasil está con su economía sólida y sustentada mucho
más en su crecimiento interno y después en sus exportaciones
fuertes; y tercero porque nosotros diversificamos mucho nuestro
mercado exportador".
El presidente aseguró que Brasil exporta en gran volumen tanto
hacia toda América Latina, como hacia África, Europa, Estados
Unidos, Asia y Medio Oriente, lo que, en su opinión, da una cierta
garantía de que el país no tendrá problemas.
De acuerdo con el mandatario, Brasil, tras haber diversificado
sus compradores, ya no depende apenas de uno u de otro país para
colocar sus productos en el exterior.
De esa forma, asegura Lula, "podemos tener menos problemas que
otros países que dependen de los Estados Unidos o de la Unión
Europea".
Brasil es un importante exportador mundial de materias primas y
productos básicos, como mineral de hierro, metales básicos, soja,
café y maíz, cuyos precios se desplomaron en la última semana en los
mercados mundiales.
El gobernante admitió que el Gobierno tiene que mantener una
posición de cautela frente a la posibilidad de que la crisis tenga
secuelas en el país.
Lula dijo que, para estar al tanto de esos posibles problemas,
mantiene constantes conversaciones tanto con su ministro de
Hacienda, Guido Mantega, como con el presidente del Banco Central,
Henrique Meirelles.
"Hace pocos días lanzamos algunas medidas anunciadas por el
ministro Guido Mantega para ver si se mejora la situación del cambio
y para ver si incentivamos aún más nuestras exportaciones", afirmó.
Pese a que Brasil continúa registrando superávit en su balanza
comercial y exportaciones récord, la fuerte apreciación del real
brasileño frente al dólar en los últimos meses ha reducido las
ventajas comparativas de las exportaciones brasileñas y multiplicado
las importaciones.
La apreciación del real es consecuencia de un ingreso récord de
dólares al país principalmente por los inversores que buscan
ganancias récords con las altas tasas de intereses de Brasil.
"Quería decirle al pueblo brasileño que éste es el momento para
continuar confiando en Brasil porque la situación del país está
mejorando, el Producto Interior Bruto (PIB) está creciendo, las
inversiones están creciendo, el crédito está creciendo, los salarios
están creciendo, la renta está creciendo y el mercado interno sigue
siendo muy fuerte", dijo.
De acuerdo con Lula, es precisamente ese mercado interno fuerte
el que continuará sustentando a Brasil independientemente de los
problemas internacionales.