JP Morgan se queda con Bear Stearns por US$ 236 millones
La operación equivale a US$ 2 por cada acción de la entidad adquirida. Esta cantidad supone un descuento del 93% sobre el cierre de los títulos de Bear Stearns del pasado viernes.
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Fue un fin de semana muy intenso para la banca y las autoridades monetarias de
Estados Unidos. JP Morgan, el tercer banco del país por volumen de
activos, cerró ayer por la noche la adquisición de Bear Stearns, el
quinto banco de inversión de EE.UU. y uno de los más afectados por la
crisis del crédito desatada por las hipotecas subprime.
JP
Morgan se hará con Bear Stearns por US$ 236 millones, operación que
equivale a dos dólares por cada acción de la entidad adquirida. Esta
cantidad supone un descuento del 93% sobre el cierre de los títulos de
Bear Stearns del pasado viernes, día en que retrocedió un 47%. El
precio confirma el deterioro del banco de inversión sobre todo porque
en los US$ 236 millones se incluye la sede corporativa de Bear Stearns,
un rascacielos de 45 plantas situado en el centro de Manhattan, que a
precio de mercado está valorado en unos US$ 1.200 millones. El
descuento tan elevado se produce porque JP Morgan asumirá y garantizará
todos los compromisos y obligaciones contraídos por Bear Stearns.
JP
Morgan pagará la adquisición con acciones propias. La entidad cuenta
con el respaldo de la Reserva Federal, que se ha comprometido a
otorgarle financiación para los activos menos líquidos de Bear Stearns
por un máximo de US$ 30.000 millones. Minutos después de hacerse
pública la adquisición, la Fed rebajó los tipos de interés de la
ventana descuento, a la que acuden los bancos cuando necesitan liquidez
de forma urgente, desde el 3,5% al 3,25%.
La adquisición de
Bear Stearns por parte de JP Morgan, respaldada por el secretario del
Tesoro (Henry Paulson), ya se esperaba, después de que el pasado
viernes JP Morgan y la propia Fed salieran al rescate del banco de Wall
Street y le garantizaran financiación para su actividad durante 28
días. Por primera vez en la historia, la Reserva Federal prestó su
propio dinero para salvar a un banco de EEUU. Con esta decisión, el
organismo presidido por Ben Bernanke intentaba evitar el pánico, que ya
había llevado a los clientes de Bear Stearns a retirar 17.000 millones
de dólares de sus cuentas en la última semana, según las estimaciones
de Bloomberg.
La operación debe ser aprobada por las
respectivas juntas de accionistas y no es descartable que se abran
litigios judiciales. Ayer así se lo comunicó ayer al director
financiero de JP Morgan un accionista de Bear Stearns que participó en
la conferencia con inversores institucionales realizada minutos después
de la compra.