Por Joshua Chaffin en Bruselas y Víctor Mallet en Madrid
El deterioro de la economía española representa el primer desafío para la promesa de Bruselas de asegurar el cumplimiento de las nuevas normas presupuestarias que buscan recuperar la credibilidad ante los mercados financieros y aliviar la crisis de deuda.
Una desaceleración de la cuarta economía de la eurozona hará casi imposible que Madrid cumpla la meta de recortar el déficit por debajo de 3% del PIB, exigida por la UE para 2013.
Obligar al gobierno a cumplirla podría empeorar la situación, según economistas, ya que debilitaría una economía que ya está cayendo en recesión y sufre un desempleo de dos dígitos.
Andre Sapir, del think tank Bruegel, sugiere que ambas partes deben buscar un acuerdo. El comisionado de Economía de la UE, Olli Rehn, amenazó con usar plenamente sus nuevas facultades presupuestarias bajo el así llamado paquete de las seis reglas, que considera sanciones automáticas para los infractores.
Sin embargo, la Comisión Europea también ha demostrado comprensión por España.
Tras una reunión el lunes en Bruselas con Mariano Rajoy, presidente del gobierno español, José Manuel Barroso, jefe de la Comisión, insinuó que podría haber flexibilidad con Madrid.
La Comisión teme la reacción del mercado si parece relajar las nuevas reglas apenas un mes después de entrar en vigor.
También arriesga causar el enojo de los países que ya sufren el endurecimiento de las normas.
Bélgica, por ejemplo, recortó en enero más de 1.000 millones de euros de su presupuesto para este año para evitar multas, mientras Hungría fue amenazada con un retiro de fondos de desarrollo si no cumple la normativa.
Sin embargo, estas consideraciones podrían ser superadas por la situación de España. Incluso empresarios locales que apoyan los recortes admiten que cumplir la meta original de 4,4% del PIB en 2012 es casi imposible y podría sumir a la economía en una depresión.
“Es más importante la certeza de que las cosas se están haciendo bien”, dijo un importante banquero español.
Rajoy reveló que el déficit de 2011 podría alcanzar 8,4% del PIB, por sobre el 6% acordado por el gobierno anterior y la UE.
Las previsiones de crecimiento también resultaron ser demasiado optimistas. En vez de crecer 2,3% este año, el PIB podría contraerse 1,5%.
Aunque el gobierno español ha reiterado su compromiso general con el ajuste, seguramente espera que la Comisión y Angela Merkel, la canciller alemana, admitan la necesidad de metas inferiores siempre y cuando España cumpla con las prometidas reformas económicas.