Por J. Gapper y G. Tett en Davos
Podrá ser el aire en los Alpes, pero algunos de los directores ejecutivos y empresarios en Davos llegaron al fin de semana sintiéndose un poco mejor que cuando empezaron. Aún había intranquilidad sobre el estado de la eurozona y la debilidad de la economía global, pero los peores temores se fueron diluyendo.
Los europeos se contagiaron con el ánimo de cauteloso optimismo de los empresarios estadounidenses sobre el crecimiento interno. Mientras tanto, los estadounidenses fueron tranquilizados parcialmente después de que las autoridades europeas les dijeran que el resultado más probable para la eurozona será un estancamiento más que un colapso.
El Foro Económico Mundial en Davos también le dio exposición a los profesionales de economías en crecimiento de mercados emergentes, como India y Brasil, que enviaron enormes contingentes. Aunque el nerviosismo más que el optimismo sobre la recuperación económica era el ánimo prevalente, hubo un poco de desesperación. Lo que Shumeet Banerji, director ejecutivo de Booz, la consultora de management, describió como “casa lóbrega, año cuatro”, se sintió un poco menos sombrío.
La excepción fue la industria bancaria, que aún enfrenta profundos problemas y un cerro de regulaciones y estándares de capital. Algunos banqueros se hartaron sinceramente de ser criticados, lo que a veces se tradujo en ira.
Cuando Lord Mandelson, ex ministro británico, culpó a los bancos de la crisis bancaria en una reunión, parte de la audiencia abucheó.
Los directores ejecutivos y las autoridades estaban preocupados por la crisis de empleos, particularmente entre los jóvenes. Hubo varias discusiones sobre cómo, si es posible, hacer que las economías avanzadas generen más trabajos en un momento de crecimiento anémico (y disparidad de ingresos y social producida por cambios tecnológicos y globalización).
Muchas empresas enfatizaron que sus propias operaciones continuaban desempeñándose bien, particularmente si tienen vínculos con el auge de los mercados emergentes.
“La gran pregunta es cómo solucionar la crisis de la eurozona, porque si eso no ocurre tendremos una continua falta de liquidez en el sistema bancario que frene a las empresas”, dijo John Nelson, presidente de Lloyd’s. “A la gente también le preocupa el proteccionismo y los cambios regulatorios y fiscales que podrían detener las cosas”.
Las empresas multinacionales dijeron que enfrentan presión de los inversionistas y sus empleados para demostrar un propósito social, en lugar de maximizar sus ganancias. No todos están de acuerdo con un cambio de foco.
La pregunta es si acaso las economías de los países occidentales seguirán estables y lo suficientemente vibrantes como para impulsar a las empresas a hacerlo y crear trabajos.George Soros, ex administrador de hedge fund, predijo un “círculo vicioso” de deflación en Europa a menos que Alemania actúe para estimular a la eurozona.