Por Mure Dickie en Tokio
Japón registró su primer déficit comercial anual en tres décadas en 2011, de acuerdo a los datos entregados ayer.
Tal vez lo más sorprendente respecto al déficit de 2,49 billones de yenes (alrededor de US$ 32.000 millones) revelado por el gobierno podría ser que no fue mayor.
El año pasado, después de todo, vio un enorme terremoto y tsunami golpear el noreste de Japón, amplias interrupciones de la cadena de suministro para los exportadores por las inundaciones en Tailandia, el aumento del yen a récord máximos nominales y una crisis nuclear que causó escasez de electricidad y disparó las importaciones de combustible.
Dados tales factores, además de la débil demanda mundial, una caída anual de 2,7% en las exportaciones y un alza de 12% en las importaciones parece casi admirable.
Pero el déficit, el primero en un año completo desde 1980, inevitablemente ha aumentado las dudas sobre la capacidad de Japón para mantener superávit comerciales con los que ha contado ampliamente como un conductor vital del crecimiento económico.
Estas preocupaciones se intensifican sabiendo que el paso a déficits comerciales hará más difícil financiar localmente una deuda bruta estatal que ya equivalen a dos veces su PIB.
Con los políticos luchando por acordar cómo balancear los libros del gobierno, la confianza en inversionistas extranjeros potencialmente inconstantes para el financiamiento del déficit podría ser peligrosa.
Los exportadores están emitiendo señales de advertencia cada vez más urgentes de que la alza del yen, que se apreció 17% contra el euro durante la última mitad del año pasado, acelerará un vaciamiento industrial que amenaza las sagradas tradiciones de postguerra de monozukuri, el arte de hacer cosas.
Los datos de ayer sugieren que aún es muy pronto para descartar que la industria de Japón es capaz de competir. La nación registró un superávit en 2011 de 4,1 billones de yenes con Estados Unidos, por ejemplo, mientras se mantiene con saldo a favor con Asia como un todo, así como con la Unión Europea.
Antes del terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo, el comercio estaba aún en superávit. Los grandes déficits son con las regiones productoras de recursos lideradas por Medio Oriente.
“La razón principal para el déficit comercial de Japón no es que los productos japoneses sean menos competitivos, sino que los precios de las importaciones han subido debido a los persistentes altos precios de la energía”, escribieron economistas de Nomura en un reciente reporte de investigación.