Por Ajay Makan y Vivianne Rodrigues en Nueva York
Los fondos de mercado de dinero estadounidenses están en curso de una de las mayores entradas de capital desde el punto más álgido de la crisis financiera, una señal de que los inversionistas reacios al riesgo están buscando refugiarse en los bonos del Tesoro de EEUU.
Los fondos captaron US$ 54.900 millones en noviembre y otros US$ 36.800 millones al 21 de diciembre, de acuerdo a datos de Lipper, la compañía de investigación de fondos. Esa es la mayor entrada desde diciembre de 2008 y enero de 2009, cuando US$ 195.000 millones fueron invertidos.
El giro hacia la seguridad ha coincidido con una mini-recuperación en los mercados de capitales, con el S&P 500 subiendo 14,5% desde el 3 de octubre. “Las señales positivas de los mercados de capitales han estado basadas en volumenes ligeros de transacciones y baja participación”, dijo el analista de Lipper, Matthew Lemieux. “No quiero decir que el repunte es un milagro, pero los flujos de los mercados de dinero muestran que muchos inversionistas siguen muy escépticos incluso con la recuperación de los mercados”. “Los flujos son consistentes con la aversión general al riesgo y el miedo a la exposición a riesgo crediticio no de EEUU”, agregó Joseph Abate, estratega de mercados de dinero de Barclays Capital.
Los fondos de mercado de dinero invierten en valores altamente líquidos como los bonos del Tesoro de EEUU y emisiones de deuda a corto plazo de instituciones financieras. El sector es utilizado por inversionistas institucionales para guardar efectivo no invertido en otro lado. Los fondos son atractivos para los inversionistas porque raramente pierden dinero, aunque un número de fondos “reventó el dólar” (precio de sus acciones cayeron por debajo de la barrera de US$ 1) e incurrió en pérdidas durante la crisis financiera.
Los fondos de mercado de dinero desde entonces han tenido dificultades ya que la Comisión de Valores de EEUU impuso nuevas regulaciones, los bonos del Tesoro alcanzaron mínimos históricos y los inversionistas se pusieron nerviosos sobre los préstamos de los fondos a bancos europeos. Según Lipper, US$ 1,2 billón (millón de millones) ha sido retirado del sector desde febrero de 2009.