Por Neil Buckley y Kester Eddy en Budapest
El gobierno de Hungría ayer hizo una férrea defensa de una nueva constitución, que ha sido calificada por sus críticos como un asalto a la democracia. Los comentarios del gobierno húngaro sobre la constitución ocurrieron después de una protesta de hasta 30.000 manifestantes el lunes en la noche, afuera del teatro de la ópera de Budapest, donde se desarrollaba una recepción para celebrar la entrada en vigencia de la constitución. Más temprano, los disidentes de la ex era comunista habían acusado al gobierno de Viktor Orban de “destruir el imperio democrático de la ley”.
Mientras tanto, los mercados financieros continuaron ejerciendo presión sobre el país, cuya deuda ha sido rebajada a “basura”por dos agencias calificadoras en las últimas semanas. Hungría vendió ayer notas del Tesoro a tres meses a su mayor rendimiento desde 2009 en la primera subasta desde que el país aprobó las leyes, que podrían poner en peligro la asistencia financiera que busca de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.
La nueva constitución de Hungría y varias leyes “fundamentales” asociadas han causado el aumento de la preocupación internacional. Estas incluyen una ley que permite al gobierno designar miembros del consejo del banco central que dicta las tasas de interés y otra que consagra una tasa plana para los impuesto a la renta dentro de la constitución. Hillary Clinton, la secretaria de Estado de EEUU, le escribió la semana pasada a Orban expresando sus temores por la democracia en Hungría.
Pero el vocero de Orban, Peter Szijjarto, dijo a Financial Times que muchas críticas de la nueva constitución eran exageradas o incorrectas.
“Si alguien dice que el actual gobierno húngaro quiere que Hungría sea una dictadura, ¿qué puedo decir? No, no lo quiere, porque es un gobierno democrático”, añadió.
Szijjarto insistió en que la nueva constitución estaba diseñada para reemplazar una ley básica imperfecta que había mantenido bajo una forma modificada desde la caída del comunismo, hace dos décadas. Comparó el furor por la constitución con las críticas de hace un año hacia la nueva ley de medios de comunicación.
“Los detractores dijeron que la libertad de prensa morirá. Quien viene a Hungría y abre cualquier diario, o ve noticias en la TV, puede leer las cosas fuertes que están diciendo de nosotros”, acotó.