En marzo de 2009, en una entrevista con Financial Times sobre el futuro del capitalismo, Jack Welch, ex CEO de General Electric, dijo: “hoy, perseguir a toda costa hacer crecer únicamente el valor para los accionistas es la idea más estúpida del mundo. Valor para el accionista debe ser entendido como el resultado, no como una estrategia. (Para una empresa) sus principales grupos de interés son hoy sus empleados, sus clientes y sus productos”.
El gráfico con tendencia en ascenso sigue siendo una aspiración, un símbolo, de éxito. Sin embargo, Richard Whittington, profesor de Estrategia en la escuela de negocios Said, de la Universidad de Oxford, señala que es “deseable, pero peligroso”. Abundan los ejemplos en los últimos años. Nombres corporativos de larga data tropezaron o, incluso, colapsaron debido a proyecciones de crecimiento ilusorias.
La comprensión tardía de Welch de los peligros de la búsqueda de crecimiento rápido y lineal ofrece una luz de esperanza para algunas empresas. A Paul Polman, por ejemplo, que asumió como presidente ejecutivo de Unilever en medio de la crisis, el vendaval económico le permitió recalibrar las expectativas. Además, volvió a examinar su premisa sobre cómo una gran multinacional hace negocios. La palabra clave resultó ser sostenibilidad, entendido como seguir haciendo crecer a la empresa sin tener que implementar un esfuerzo artificial.
Para ello, las empresas necesitan líderes fuertes que tengan el coraje para restablecer las expectativas de los inversionistas. Se suman otros dos factores. Uno es el surgimiento de empresas de mercados emergentes, estatales y privadas, que evalúan las oportunidades de crecimiento con una mirada diferente y en un plazo de tiempo diferente a sus pares en los países desarrollados. El otro, la idea de que el propio capitalismo está cambiando. Michael Porter, profesor de la escuela de negocios de Harvard, y Mark Kramer, director de la consultora FSG Social Impact Advisors, lo denominan “creación de valor compartido”, que se basa en que las empresas invierten, para el beneficio mutuo, en las comunidades que suministran.