Brasil incrementa sus importaciones desde Rusia a pesar de la guerra
"Rusia continúa haciendo negocios con todo el mundo, parece que las sanciones económicas no funcionaron", afirmó el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien en febrero, en vísperas de la guerra, visitó en Moscú a Putin.
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Brasil, la mayor economía de Latinoamérica, incrementó sus importaciones desde Rusia, con el que mantiene un comercio sólido a pesar de la guerra en Ucrania y en un momento en que Occidente intenta aislar al gobierno de Vladímir Putin.
Más allá de las dificultades logísticas, la corriente comercial bilateral apenas se ha resentido desde que las tropas rusas invadieron Ucrania el pasado 24 de febrero, según datos del Ministerio de Economía de Brasil.
Desde 2021, las importaciones rusas sumaron US$ 3.237 millones entre marzo y junio, más del doble del valor registrado en los mismos meses del año pasado (US$ 1.572 millones).
De acuerdo con la información publicada por la agencia de noticias EFE, a pesar de las diversas sanciones a Rusia, las exportaciones brasileñas bajaron apenas un 10% en la misma comparación (US$ 521 millones frente a US$ 577 millones).
Esta semana, el gobierno de Jair Bolsonaro, que defiende una posición "neutral" ante el conflicto, adelantó que tiene "casi cerrado" un acuerdo para comprar diésel ruso "tanto como se pueda".
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"Estamos buscando proveedores de diésel seguros y muy confiables, y Rusia es uno de ellos", afirmó el canciller brasileño, Carlos França, en la sede de la ONU, distanciándose de Estados Unidos y la Unión Europea, que han impuesto embargos graduales al petróleo ruso.
Los fertilizantes rusos, claves para Brasil
El producto estrella de las importaciones rusas son los fertilizantes químicos, claves para la potente industria agrícola brasileña. En el primer semestre de este año respondieron por un 77 % de las compras.
Rusia es el principal proveedor de fertilizantes de Brasil. Una cuarta parte de los que consume vienen de allí.
Para Rodrigo Cezar, profesor de la escuela de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas (FGV), lo que ha hecho Brasil es "anticipar exportaciones con miedo de que Rusia no pueda seguir abasteciendo".
Ese aumento de la demanda, unido a los problemas logísticos, ha hecho que se dispare el precio, afectando a la balanza comercial, según Cezar.
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Y ahora diésel...
Brasil, que ocupa un asiento temporal en el Consejo de Seguridad de la ONU, espera empezar a recibir diésel ruso en hasta "60 días", según adelantó Bolsonaro, quien destacó la necesidad de comprarle a quien "vende más barato".
"Rusia continúa haciendo negocios con todo el mundo, parece que las sanciones económicas no funcionaron", afirmó el líder ultraderechista, quien en febrero, en vísperas de la guerra, visitó en Moscú a Putin.