A la espera de iniciar mañana su reunión de política monetaria, la
reserva Federal (Fed) anunció ayer un paquete de iniciativas que
amplían la capacidad de los bancos comerciales de tomar dinero prestado
de la institución, ofreciéndoles un tipo de interés más ventajoso y
permitiéndoles el uso de un amplio abanico de activos como colateral,
las titulizaciones hipotecarias entre ellos.
La primera medida
de la Reserva Federal consiste en la creación de una línea de crédito a
la que tendrán acceso los creadores de mercado de deuda pública
estadounidense –entre los que se encuentran las principales
instituciones financieras del país-, disponible desde hoy mismo. Esta
línea permitirá el uso de "un amplio rango de activos con grado de
inversión" como colateral y aplicará el mismo tipo de interés que la
ventana de descuento que la Fed, a la que los bancos estadounidenses
acuden para pedir dinero prestado en caso de emergencia.
Y la
segunda medida tomada por el banco central estadounidense ha sido la de
rebajar el tipo de interés de esa ventana de descuento, desde el 3,5%
al 3,25% y extender el plazo máximo al que se puede pedir prestado de
los 30 días anteriores a 90 días.
El tipo de interés oficial
de la Fed se encuentra en el 3%, por lo que esta rebaja de la ventana
de descuento permite que los bancos pidan liquidez con una penalización
menor sobre el precio oficial del dinero.
La reducción del
tipo de interés de la ventana de descuento fue una de las primeras
medidas que la Fed tomó tras el inicio del terremoto financiero el
verano pasado. Antes de la crisis, esta línea de crédito de emergencia
aplicaba un tipo de interés un punto porcentual superior al tipo de
interés oficial. Sin embargo, para facilitar el acceso al crédito de
los bancos, la Fed redujo ese diferencial a tan solo medio punto. Tras
la decisión de ayer, la penalización queda reducida a un cuarto de
punto.
Este paquete de medidas se suma a los que la Fed ha
anunciado en las últimas dos semanas: dos subastas de liquidez de hasta
US$ 100.000 millones cada una y la creación de otro programa de
inyecciones mediante el que prestará a los bancos deuda pública
estadounidense.