La huelga patronal del campo en
Argentina, que hoy cumple 20 días, hasta ahora causó pérdidas por unos US$ 1.930
millones, monto superior al que el Gobierno previó recaudar con el impuesto que
desató la protesta.
El transporte es el sector más castigado por el paro, que incluye el bloqueo de
carreteras e involucra a unos 290.000 agricultores y ganaderos de todo tamaño,
según fuentes empresariales citadas hoy por la prensa de Buenos Aires.
A los productores agropecuarios no les satisfizo la bajada de impuestos y los
subsidios anunciados este lunes por la presidenta argentina, Cristina
Fernández, al hacer un nuevo llamado a que levanten la huelga.
Pero la necesidad de empezar a cosechar la soja y la caída de los precios
internacionales del grano hacen prever el próximo cese de las protestas,
admitieron analistas y portavoces de los huelguistas consultados por Efe.
El gerente general del Mercado Central de Buenos Aires, Guillermo Cosentino,
informó que tiraron un millón de toneladas de frutas y verduras en mal estado
porque habían llegado "al límite" de su estado de conservación por
los bloqueos de carreteras.
Mientras, los productores avícolas afirman que tuvieron que sacrificar a un
millón de pollos y polluelos a los que no pudieron alimentar y otros 2,5
millones de aves pueden correr la misma suerte si se prolonga la protesta.
La huelga afecta a un 20 por ciento de la industria, en especial a la
alimentaria, que perdió unos 701 millones de dólares, de acuerdo a un informe
del diario de negocios El Cronista.
Las pérdidas del comercio minorista suman unos US$ 162,2 millones que se suman
a otros US$ 187 millones de los propios productores agropecuarios en huelga.
Se calcula que las empresas transportistas solo han trabajado al 20% de su
capacidad, con lo que sumaron unas pérdidas por unos US$ 880,5 millones.
El ministro de Economía, Martín Lousteau, calculó que el Fisco iba a lograr una
recaudación adicional por unos US$ 1.500 millones anuales al anunciar un nuevo
sistema impositivo para la exportación de granos, el 11 de marzo pasado.
El sistema fija el nivel de los impuestos en función de la evolución de los
precios internacionales de los granos, lo que al ser anunciado supuso un alza
para el caso de la soja y el girasol y una bajada para el del trigo y el maíz.
Los productores agropecuarios, que además rechazan otras regulaciones gubernamentales,
habían calculado que con esta gabela los ingresos fiscales aumentarían en por
lo menos US$ 2.400 millones.
Los precios internacionales de la soja acumulan una bajada del 23% desde
comienzos de marzo, cuando habían llegado al nivel histórico de US$ 573 por
tonelada.
En marzo, en Argentina se ha cosechado soja en unas 790.000 hectáreas
frente a los 1,68 millones del mismo mes de 2007, según el informe semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos
Aires.