“Si no imponemos un clima de confianza y de negociación, no vamos a salir adelante”

“Hoy son muchas preguntas sobre qué nos está pasando”. Con esta frase, Rafael Guilisasti grafica el despertar ciudadano y la reacción de las autoridades y los empresarios a este nuevo clima que se vive en el país. Advierte que existe una pérdida de confianza de los chilenos hacia las distintas instituciones y entre ellos mismos. Desde su perspectiva, “estamos en la trampa de los países medios, donde se alcanzó un cierto nivel de desarrollo que nos obliga a dar el salto siguiente, el cual tiene que ver con una mayor calidad institucional, un clima de convivencia, capacidad regulatoria y legitimidad del sistema político. Si esto no está armonizado con las tasas de crecimiento económico, vamos a tener ruido que en algún momento se tiene que ajustar”, anticipa.

- ¿Estamos contra el tiempo?
- La sociedad del 2000 no tenía estas demandas, pero tampoco tengo la lectura de que se hicieron mal las cosas en el pasado. Llegó la hora en que tenemos que enfrentar estos procesos. 
- ¿Se está haciendo ahora?
- Estamos con un déficit para enfrentarlo y arrastramos una pérdida de capacidad de reforma en distintos ámbitos. En las instituciones, de introducir mayor competencia en todos los sectores de la economía, en el sistema de representatividad política, tenemos déficit en organismos regulatorios. A esta altura no basta con el puro dinamismo de la economía, de las empresas, de las inversiones y del consumo, todo eso no va a solucionar este problema.

En un mercado competitivo se necesita tener más acceso a mano de obra y mayor calidad de los bienes públicos que entrega el Estado.

Los chilenos tenemos que acostumbrarnos a que estamos en una situación de incierta. Entonces, hay que creer mucho en el proceso de negociación. Veo que si no imponemos un clima de confianza y de negociación, no vamos a salir adelante.

- En este punto, ¿cómo ha visto el rol del gobierno de tratar de generar esas confianzas?
- Dos cosas bien relevantes. Los gobiernos tienen un rol importante, pero no pueden solucionar todos los problemas. Eso es definitivo para cualquier coalición. Creo que el rol del gobierno en articular, en desarrollar e incentivar procesos de negociación importantes, existe. Y mi opinión es que en este gobierno eso no ha sido exitoso. Los resultados hablan por sí mismos. Tampoco podemos decir que la oposición no tenga su cuota de responsabilidad en esto.

- ¿Cómo ha visto las reacciones del gobierno a este tipo de eventos?
- Por eso digo que el gobierno no puede solucionar todo y tiene que respetar, el gobierno y todos los actores privados, los mecanismos institucionales que nos hemos dado para ir solucionando estos conflictos. El gobierno no puede suplantar un juicio jurídico. El riesgo principal de toda esta crisis es que surjan los populismos y el enemigo es que no enfrentemos este proceso con una buena institucionalidad.