Supermercado colombiano anuncia su llegada a Chile con formato de descuentos agresivos
La empresa Justo y Bueno ya superó los mil locales en su país de origen en tres años de operación. Su objetivo declarado es transformarse en la principal cadena de bajo costo de América Latina.
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En países como Inglaterra, los supermercados hard discount —descuento duro, en español— han rebarajado la industria. Tanto, que grandes y tradicionales cadenas le temen más a este tipo de formatos que a Amazon. En Chile, este modelo de negocio -que ofrece casi exclusivamente productos de marca propia a precios muy bajos en locales con no más de dos cajas-, es aún muy incipiente.
No obstante, esto podría cambiar con la cadena colombiana Justo y Bueno, que acaba de anunciar su arribo al país.
Tras sólo tres años de operación, la empresa maneja más de mil locales en Colombia y está partiendo su expansión en Panamá, donde ya tiene 100 ubicaciones. Es propiedad del grupo Reve, al cual ingresó como socio el fondo de capital Australis Partners, de Estados Unidos, a mediados de 2018.
El ideólogo de Justo y Bueno es el venezolano Michel Olmi, quien realizó estudios de doctorado en Matemáticas y Finanzas en Londres y luego trabajó con un banco en Alemania. En ese país le llamó la atención que algunas de las familias más ricas fundaran dos cadenas de descuento duro: Aldi y Lidl.
Olmi se contactó con un exejecutivo de Aldi que había asesorado a varias cadenas en países en desarrollo y, tras evaluar algunos mercados, decidió llevar el modelo a Colombia, nación de origen de su esposa de entonces. Levantó recursos con sus colegas del banco; adquirió dos supermercados en Medellín a principios de 2009, y en octubre de ese año abrió la primera cadena: D1, cuyo modelo de negocios apuntó a precios muy bajos y un surtido acotado de productos. En 2014 ya tenía 330 puntos de venta y a principios del año siguiente aceptó una oferta de compra del grupo local Santo Domingo.
Con el conocimiento adquirido, Olmi lanzó en febrero de 2016 Justo y Bueno, un concepto similar al de D1, pero con tiendas un poco más grandes, y que tras el éxito en su país de origen proyecta ahora una expansión a nivel regional.
"Justo y Bueno inicia el 2020 con presencia en tres países: Colombia, Panamá y Chile. La apuesta en el mediano plazo es convertirnos en la cadena de bajo costo más grande de América Latina", anunció Olmi hace unos días a medios colombianos, lo que fue confirmado por la empresa a Diario Financiero.
El empresario afirmó que este modelo "democratiza el consumo" y que "el beneficiado ha sido y seguirá siendo el consumidor". Aunque en el camino han quedado algunos perdedores: grandes cadenas que han cedido una importante cuota de mercado ante la irrupción de este formato.
Los dueños de Justo y Bueno han mantenido bajo absoluta reserva la estrategia de expansión en Chile, pero su arribo mantiene alerta a la industria, dominada por la estadounidense Walmart (Lider, Ekono y ACuenta), Cencosud (Jumbo y Santa Isabel), SMU (Unimarc y OK Market) y Falabella (Tottus).
Hasta ahora, sólo Walmart tiene presencia en el negocio del hard discount con sus locales Ekono, que ofrecen una importante gama de productos de marca propia. Distinto es el modelo mayorista en el que participan ACuenta (de Walmart) y Mayorista 10 (de SMU).
Altos directivos supermercadistas destacan, de entrada, el nombre de la cadena colombiana: Justo y Bueno, sobre todo en medio de la crisis social, donde los supermercados han sido uno de los sectores más afectados.
No obstante, coinciden en que la industria local es ultra competitiva y que el formato hard discount no ha despegado ya que los chilenos aún prefieren las marcas tradicionales. Además, recuerdan que los locales de descuento duro apuntan, por lo general, a segmentos de menores ingresos. Ekono lo hizo y hace años cerró ubicaciones ante los recurrentes robos.
Pero en Justo y Bueno hay confianza. Tanta, que los mismos socios lanzaron en Colombia la cafetería Tostao, que remeció a la propia Juan Valdés.