Crisis automotriz: dos historias que revelan el impacto entre los actores más afectados en el sector
- T+
- T-
Hoy se cumplen 50 días desde que comenzó una fuerte y sostenida contracción en las ventas de autos en el país. El martes, la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC) confirmó una caída de 73% durante abril, balance en el cual el segmento más golpeado fueron los vehículos de pasajeros.
En ese contexto, el secretario ejecutivo del gremio, Diego Mendoza, destacó a los concesionarios de regiones y a las pequeñas empresas como las más afectadas por la propagación de virus. En este escenario, Diario Financiero aborda los testimonios de los gestores de Automotora Gaut y de Automotriz Carmona respecto de cómo han enfrentado la crisis y sobre sus estrategias para buscar revertirla en los meses que vienen.
"Nos ha pegado fuerte, caímos un 60%"
Hace cuatro años Cristián Gil, junto a su hermano y un tío, decidieron armar la empresa socia de las marcas Citroen y Peugeot ubicada en Chicureo, y con el tiempo abrió un segundo local en Providencia.
Con una planta de 30 colaboradores, antes del estallido social de octubre las ventas eran de treinta automóviles mensuales, pero desde esa fecha bajaron producto de los cierres de locales y la firma, que se define como un actor del segmento boutique, debio recurrrir a sus provisiones.
Ahora la situación se volvió a agravar tras la crisis sanitaria, y aunque enero y febrero hubo un repunte del negocio, la propagación el virus desde mediados de marzo produjo un desplome de sus ingresos. "Nos ha pegado fuerte, caímos un 60% y esos son números duros, porque los costos fijos son altos. El problema es que las provisiones las habíamos agotados entre octubre y diciembre, entonces el virus nos golpea aún más", explica Cristián Gil.
A su juicio, la nueva realidad de Automotora Gaut es vivir el mes a mes. Esto los impulsa a reinventarse y a fijar metas mensuales más acotadas, reduciendo costos, tratando de generar flujo en el servicio y aumentar al máximo las ventas online "Estamos tranquilos en cuanto a, que con nuestra gestión, saldremos adelante ya que en abril cumplimos con lo esperado. Pero creo que mayo será más difícil porque no hay claridad de lo que vaya a pasar. Puede ser mejor o peor, eso no lo sabemos", señala.
Gil destaca la positiva cercanía con sus socios Citroen y Peugeot, quienes los ayudaron con la extensión de los pagos en los vehículos entre 30 y 60 días. Además, ambas marcas bajaron las exigencias y metas.
Si bien reconoce que a venta se anticipa lenta, señala que el énfasis está en el segmento de automóviles usados y en las empresas de logística que están comprando nuevas unidades para expandir sus negocios. También apuntan a los usuarios que renuevan sus créditos para comprarse autos más económico "El cliente que se perdió definitivamente fue el que renueva por renovar", dice Gil.
"Es primera vez que me toca algo tan difícil"
En agosto de 1993, los hermanos Rodrigo y Luis Carmona iniciaron un negocio que se volvió tradicional en La Serena: Automotriz Carmona. Partieron con Toyota como socio, pero adquirieron nueve marcas más y abrieron doce sucursales en las regiones Cuarta y Tercera.
Sin embargo, tras el estallido social de octubre se cerraron dos de esos puntos de venta y comenzó un período de instabilidad que hizo reducir de 190 a 140 sus trabajadores, cifra que Rodrigo Carmona considera óptima para echar a andar su compañía.
"En 15 días nos cambió la historia. He vivido varias crisis y es primera vez que me toca algo tan difícil en el sentido de buscar clientes y reinventarse", dice el dueño. Pese a que han estado abierto todos los días, los volúmenes han bajado en torno al 60%. "La visión del negocio automotriz hay que cambiarlo, tenemos que saber que ahora el flujo será online y el foco está en ese canal", dice Carmona.
El empresario destacó el apoyo de sus socios, quienes han dado facilidades de pago y planificación en la compra de automóviles para mantener un mínimo de stock, además del envío de modelos para la exhibición sin costo. "Las marcas saben que tienen que ayudarnos para poder mantener una estructura", dice Carmona.
Cuenta que desde que percibió inestabilidad económica en octubre tomó medidas para disminuir su tamaño y hacer más liviano su negocio, esto incluyó despidos y hacer eficiente procesos de venta. En marzo, al percibir nuevamente incertidumbre, fue a los bancos para conversar la reprogramación de sus créditos entre tres y seis meses, pero con la puesta en marcha del Fondo de Garantía para Pequeños Empresarios (Fogape), decidió postular y evitar aumentar sus costos financieros. "Nos ayudará mucho", agrega.
Descarta que esté en riesgo de entrar en una situación de insolvencia en el corto plazo, e indica que la alternativa será aligerar aún más su estructura. "No quiero perder el prestigio que como marca hemos construido en 27 años, por seis meses de coronavirus. Si en dos meses la situación empeora, podríamos ver la posibilidad de acogernos a alguna ley, pero por ahora no. Nos estamos asesorando para que nuestros trabajadores tengan tranquilidad a futuro y no tomaré una decisión pensando sólo en mí", aseveró.