Dos destacados inversores alemanes expresaron su preocupación por los recurrentes problemas del fabricante alemán Bayer y exigieron un camino más claro para salir de las crisis del conglomerado antes de la reunión anual de accionistas del 25 de abril.
Ingo Speich, de Deka Investment, calificó de "desastrosos" los resultados del mandato de dos años del director ejecutivo Bill Anderson, señalando la caída del precio de las acciones, los niveles de deuda persistentemente altos y los problemas legales en Estados Unidos de la firma químico-farmacéutica.
Bayer, que en su día fue un icono de la industria alemana, se encuentra ahora en un punto muerto estratégico, declaró Speich en declaraciones preparadas antes de la reunión. Deka Investment es uno de los 20 principales inversores de Bayer.
Mientras tanto, Janne Werning, de Union Investment, argumentó que la división de ciencias de cultivos de Bayer —la principal razón de la adquisición de Monsanto por US$ 63 000 millones en 2018— se ha convertido en un lastre.
Las operaciones de la unidad están en dificultades, no existen sinergias claras entre sus operaciones de semillas y protección de cultivos, y la oleada de demandas en Estados Unidos por productos antiguos de Monsanto sigue en aumento, declaró Werning en su propia declaración.
Tanto Speich como Werning, reconocieron que no hay una solución inmediata a la crisis y se comprometieron a apoyar a la mayoría de las resoluciones que se presentarán en la reunión anual. Además, elogiaron algunas de las medidas adoptadas para mejorar las perspectivas de la división farmaceútica.
Sin embargo, para el inversor de Deka Investment, este no es el momento de considerar la escisión del negocio, que combina productos farmacéuticos, salud del consumidor y agricultura.
Adquisición de Monsanto
Las acciones de Bayer se han desplomado casi 80% desde la adquisición de la multinacional estadounidense Monsanto: la farmaceútica alemana heredó varios productos que ahora son objeto de litigios masivos en Estados Unidos.
Hasta la fecha, se han pagado US$ 10 mil millones de los US$ 16 mil millones reservados para gestionar las acusaciones de que el herbicida Roundup causa cáncer, algo que Bayer niega. También se enfrenta a miles de millones de dólares en posibles costas legales derivadas de demandas por PCB tóxicos.
Aumento de capital
Deka y Union aseguraron que apoyarían la solicitud de Bayer de autorización para recaudar miles de millones de euros en caso de cualquier posible aumento de capital para abordar los problemas legales, aunque Werning señaló que los "generosos acuerdos" de los últimos años no han logrado detener la avalancha de litigios.
“¿Por qué debería ser posible de repente frenar la ola de demandas con más dinero, algo que no ha sido posible en el pasado?”, preguntó Werning.
Ambos inversores señalaron que el director ejecutivo de Bayer dijo el año pasado que no recurriría a una inyección de capital.
Speich también criticó a Bayer por revelar su intención de solicitar autorización para una ampliación de capital únicamente en una carta a los accionistas, enviada dos días después de la presentación de sus resultados financieros, una sorpresa que hizo caer las acciones hasta 10%. Añadió que los esfuerzos por explicar la situación posteriormente no fueron suficientes.
Desde el acuerdo con Monsanto, se ha convertido en una práctica habitual para los inversores frustrados emplear un lenguaje rimbombante para retratar la magnitud de los problemas de Bayer. Los inversores han comparado a la empresa con un montón de cristales rotos, un gigante convertido en enano y una casa en llamas.