Los fabricantes europeos de artículos de lujo aseguran que podrían recurrir a su poder de fijación de precios para compensar el costo de cualquier arancel impuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pero los analistas dicen que algunas marcas podrían tener un margen limitado para subir los precios.
Marcas famosas como Louis Vuitton, de LVMH o Gucci, cuentan con un mercado estadounidense próspero este año, luego de una desaceleración en China.
No obstante, las declaraciones de Trump de nuevos gravámenes a la Unión Europea debido a los excedentes comerciales que tiene con EEUU, podría desencadenar una desaceleración económica mundial, según los economistas.
Ejecutivos de Hermes y Kering, que fabrican bolsos y mocasines que se venden por miles de dólares, dijeron la semana pasada que podrían aprovechar la distinción de sus marcas para absorber cualquier arancel adicional.
"Si los aranceles aumentan, incrementaremos nuestros precios en consecuencia", dijo el viernes Axel Dumas, presidente ejecutivo de Hermes, tras presentar sus resultados.
El presidente ejecutivo de Kering, François-Henri Pinault, indicó el mismo compromiso a principios de semana, afirmando que sus marcas, incluidas Gucci, Balenciaga e Yves Saint Laurent, "revisarían su estrategia de precios" en caso de aranceles. "Sabemos cómo maniobrar", agregó.
Traspaso de costos
Sin embargo, años de agresivas subidas de precios, sobre todo durante el auge posterior a la pandemia, podrían dificultar a algunas marcas el traspaso de los mayores costos de importación.
Según los analistas de los grandes bancos, UBS, Citibank y Bernstein, la mayoría de las marcas han incrementado aún más sus precios en los últimos años.
Dior mantuvo los precios sin cambios en Estados Unidos el año pasado, mientras que Louis Vuitton los aumentó algo más del 2%, según la empresa de inteligencia de mercado Data & Data, con sede en París, que supervisa los precios de venta al por menor en línea de los catálogos de las marcas.
Chanel subió los precios un 5,4%, un movimiento moderado en comparación con años anteriores, mientras que las joyerías Tiffany y Cartier, propiedad de Richemont, y Van Cleef & Arpels, ralentizaron el ritmo de las subidas en Estados Unidos hasta el 4% y el 6%, frente a más del 8% el año anterior, según los datos recopilados por Data & Data.
Los analistas de la empresa estadounidense de servicios financieros, Morningstar señalaban que "un arancel de entre el 10% y el 20% sobre los productos de lujo europeos podría deprimir las ventas de lujo en Estados Unidos, especialmente para empresas como Burberry y Kering, que se centran más en una clientela acomodada y aspiracional que en los clientes ultra ricos".