La muerte de 150 personas a bordo del avión Airbus 320 de Germanwings podría tener consecuencias económicas para la matriz Lufthansa y abrir una brecha en uno de sus principales activos, la confianza.
"No importan las regulaciones de seguridad, no importa qué tan alta pongas la vara, y tenemos estándares increíblemente altos, no hay forma de evitar un evento como éste", dijo el presidente ejecutivo de Lufthansa, Carsten Spohr, en una multitudinaria rueda de prensa celebrada ayer en Colonia, Alemania.
Sin embargo, luego de que el fiscal de Marsella que investiga la catástrofe, Brice Robin, revelara ayer que el copiloto del avión siniestrado en los Alpes franceses, Andreas Lubitz, accionó de manera deliberada el descenso del aparato e impidió al comandante volver a la cabina, han surgido numerosos interrogantes sobre los protocolos de seguridad aérea.
Si bien en Lufthansa nadie comenta las implicancias del desastre, las nuevas revelaciones representan un duro golpe para la reputación de la compañía que antes del suceso era considerada una de las diez aerolíneas más confiables y seguras, de acuerdo a un listado que realiza AirlineRatings.com. Esto ya se ha visto reflejado en las bolsas, donde las acciones de la firma alemana se han derrumbado.
Peor momento
Los analistas coinciden en destacar que el accidente llega en un momento particularmente difícil para la compañía aérea. La alemana se ha visto sacudida en los últimos meses por una sucesión de huelgas de pilotos que le han causado un gran daño a su imagen.
Sus pilotos se declararon en huelga durante tres días la semana pasada y sumaron unos 15 días de paro el año pasado, ocasionando 8.600 cancelaciones de vuelos y pérdidas por más de 230 millones de euros.
Las huelgas, aparentemente basadas en los cambios a las reglas de la jubilación anticipada de la compañía, esconden otra causa fundamental: la estrategia de Lufthansa a la hora de operar vuelos más baratos en rutas de corto y largo recorrido. Y es que Lufthansa, presionada por aerolíneas "low cost" en Europa y, en las rutas a Asia, por las compañías de Medio Oriente, y como un primer paso para mejorar su competitividad, transfirió todos sus vuelos europeos directos que no sirven a sus principales hubs en Munich y Frankfurt a su marca de bajo costo Germanwings.
Asimismo, Carsten Spohr planea expandir la poco conocida Eurowings. A pesar del buen desempeño de Germanwings en los últimos dos años, la filial deberá ceder paulatinamente su sitio a Eurowings, la nueva "low cost" de Lufthansa. La decisión se apoya también en la búsqueda de reducir costos: los pilotos de Germanwings operan en condiciones similares a las de sus colegas de Lufthansa, mientras que los de Eurowings son considerablamente más baratos.
Protocolos de seguridad
El siniestro del avión que cubría la ruta Barcelona-Dusseldorf ha reabierto el debate sobre las normas al interior de los aviones, así como los controles a los que deben someterse los pilotos al mando de la nave.
La aerolínea de bajo costo Norwegian Airlines ha sido la primera compañía en anunciar que modificará sus protocolos de actuación. A partir de hoy, será obligatorio en todos sus vuelos que dos personas de la tripulación estén al mismo tiempo en la cabina.
Mientras muchas compañías estadounidenses exigen desde los ataques terroristas del 11-S que dos personas estén siempre en cabina, las europeas no habían seguido esta norma. EasyJet y Air Canada también seguirán los pasos de Norwegian Airlines.
Por su parte, el presidente ejecutivo de Lufthansa afirmó que la compañía colaborará con autoridades y especialistas para revisar sus procedimientos de formación y de investigación de antecedentes. "Confiamos plenamente en nuestro proceso de formación que se ha probado durante décadas, pero vamos a ver qué podemos mejorar en cuanto a la selección y capacitación", afirmó el ejecutivo.
Acciones lastradas
Las acciones de Lufthansa, lastradas por el accidente de su filial, encadenaron su cuarta jornada consecutiva de descensos. En la sesión de ayer las pérdidas superaron el 4% en la Bolsa de Frankfurt, para cerrar finalmente con un descenso de 2,02%.
El resto del sector también se encuentra con el viento en contra. Las presiones bajistas se han visto multiplicadas con las referencias procedentes del mercado del petróleo. El inicio de una ofensiva militar en Yemen, liderada por Arabia Saudita, ha disparado hasta 6% la cotización del crudo.
Entre los valores más penalizados se encuentran los de Air Berlin, que el jueves cerró con una baja de 3,3%. Los números rojos se vieron también en Air France, EasyJet y Norwegian Air Shuttle.
IAG, propietaria de British Airways e Iberia, cayó 3,3% en el parqué madrileño, mientras que Ryanair retrocedió 1,5% en el mercado irlandés.