STM tras compra de Enel Transmisión: delinea objetivos e inversiones por US$ 55 millones este año

Cuatro meses han transcurrido desde que -a través de una Oferta Pública de Adquisición de Acciones y control, lanzada entre el 7 de noviembre y el 6 de diciembre de 2022, tras la aprobación de la Fiscalía Nacional Económica (FNE)- Grupo Saesa concretó la compra de los activos de transmisión de Enel por US$ 1.403 millones. Esto, luego que el 28 de julio de ese año se cerrara un acuerdo que abrió un proceso que finalmente erigió al grupo de origen canadiense como el tercer operador del segmento en Chile.  

Fue así que, desde el 9 de diciembre del año pasado, la Sociedad Transmisora Metropolitana (STM), filial creada para hacerse cargo del nuevo negocio, pasó a tener en la Región Metropolitana 683 kilómetros de líneas de transmisión y 57 subestaciones de poder. El directorio quedó conformado por Jorge Lesser García-Huidobro, Iván Díaz-Molina, Luz Granier Bulnes y Juan Ignacio Parot Becker.

Y hubo otros cambios que se gatillaron de inmediato.La dotación de la entonces Enel Transmisión también se movilizó, por lo que STM está integrado actualmente por 94 profesionales y técnicos -19 mujeres y 75 hombres-, con edades entre 27 y 67 años. 

Solo algunos cargos corporativos no migraron, ya que hubo diversos caminos que se materializaron como -por ejemplo- la participación en procesos en otras compañías del mismo grupo italiano. Además, STM está integrado por más de 500 personas contratistas que equivalen a 100 mil horas de trabajo al mes.

Desde el negocio de transmisión de la firma italiana, el ingeniero eléctrico Jorge Villar se convirtió en el líder del equipo de STM, quien ostenta 21 años de trayectoria en el sector eléctrico, principalmente en Chilectra, Enel y ahora Grupo Saesa. Antes se había desempeñado en el Dictuc (PUC) y Systep.

Villar, ahora gerente zonal de STM, cuenta a Diario Financiero que los principales desafíos 2023 son la integración a Grupo Saesa en todos los aspectos: financiero, contable, operativo y humano. También, adelanta que están en un “proceso de ampliación del centro de control de Santiago, el que será capaz de respaldar al ubicado en el sur y viceversa”.

Jorge Villar, gerente zonal de STM

Desafíos permanentes serán -delinea Villar- “mantener la ejecución de inversiones y mantenimiento eficiente y eficaz para la continuidad del servicio”. De hecho, para este año, se contemplan en STM inversiones por US$ 55 millones.

El ejecutivo plantea además que el contexto urbano en que desarrollan su actividad “nos desafía a entregar un servicio óptimo, en cuanto a continuidad y calidad”. Y advierte: “Las vidas de nuestros clientes están electrificadas y su dependencia del suministro eléctrico es crítica”.

Villar también instala como reto permanente llevar energías renovables a sus clientes actuales y viabilizar el reemplazo de otras energías contaminantes por la electricidad, por ejemplo, con los 2 mil buses eléctricos de transporte público de la Región Metropolitana que reciben la energía que transmite STM. Y, como cuarto punto, pone “avanzar en ser un actor amigable con el medio ambiente y con el entorno”.

Agilizar procesos

Cabe recordar que STM -cuyas oficinas están en Recoleta, colindante con la subestación San Cristóbal- pasó a ser parte del negocio de transmisión del Grupo Saesa.

La Gerencia de Transmisión del grupo -liderada por el ingeniero eléctrico Marcelo Matus desde diciembre de 2018- abarca también a las empresas transmisoras: STS, STN, STA, STC y SATT.

A nivel de industria, Villar identifica como desafío concientizar respecto de la necesidad y rol de la transmisión para viabilizar el avance de las energías renovables, así como de la estabilidad y seguridad del suministro eléctrico. A su juicio, para inyectar más energía limpia, y que ésta no se pierda, “debemos robustecer las redes de transmisión”. Así, dice, “podremos electrificar para aportar a combatir el cambio climático”.

Para ello, el ejecutivo asegura que se necesita “crecer a una velocidad superior a lo que se ha hecho históricamente”.

“La infraestructura actual se ha construido a lo largo de 100 años, pero ahora debemos hacerlo cuatro veces más rápido: renovando, actualizando e incorporando tecnología”, dice, agregando que este crecimiento debe lograrse con los mayores estándares de seguridad, velando por la salud y la vida de las personas que trabajan en el sistema. Y, además, “debe hacerse poniendo en el centro al cliente y su necesidad de un suministro eléctrico continuo y confiable”.

Otro desafío que destaca Villar es agilizar los procesos de desarrollo de proyectos de transmisión: “Existe mucha demora entre la licitación y la puesta en operación”. A esto se suma avanzar en acuerdos para el desarrollo de esta infraestructura. “Hay resistencia por parte de las comunidades debido a mitos por desconocimiento e impacto visual. Se debe trabajar de la mano de las personas y las autoridades para alcanzar puntos de encuentro”, enfatiza el ejecutivo.