Diego de Almagro se prepara para abrir dos nuevos hoteles que suman inversiones por US$ 28 millones
Además de los recintos que inaugurará este año en Santiago y La Serena, cadena inició la construcción de un proyecto en Valdivia por más de US$ 10 millones.
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Con más de 30 años de historia, la cadena hotelera Diego de Almagro -ligada al empresario español Faustino Alonso- ha logrado posicionarse como la más grande del país con 33 recintos desde Arica a Punta Arenas, número que la firma quiere seguir aumentando.
Para este ejercicio, la cadena espera inaugurar dos nuevos hoteles. La primera apertura está prevista para abril próximo en Santiago, específicamente en el sector de Enea, en Pudahuel, cercano al Aeropuerto de Santiago. El nuevo recinto -que involucró una inversión de US$ 15 millones- estará enfocado al público corporativo y tendrá 312 habitaciones, tres salones para eventos, un gimnasio, piscina temperada y estacionamientos.
Y para el segundo semestre de este año, Diego de Almagro espera abrir un nuevo hotel en La Serena, emplazado en la avenida Francisco de Aguirre. Este proyecto -que demandó inversiones en torno a US$ 13 millones- está dirigido a un público más variado, ya que incluye tanto el segmento corporativo como el vacacional, y contará con 202 habitaciones, un gimnasio y piscina, entre otras instalaciones.
“A nosotros como hoteleros nos tiene muy preocupados el tema de la seguridad. Es algo que no se puede controlar, sumamente complejo y que afecta la imagen país”.
Y eso no es todo. El gerente general de la cadena, Álvaro Castilla, indicó que hace algunas semanas iniciaron la construcción de un nuevo hotel en la ciudad de Valdivia, el cual contempla una inversión de más de US$ 10 millones, con una capacidad de 194 habitaciones y tres grandes salones.
“Nosotros estamos constantemente mirando hacia adelante. A futuro queremos seguir levantando proyectos. Hoy estamos presentes en 23 ciudades y queremos seguir llegando a más, tenemos un convencimiento de que nuestro negocio y propuesta de valor ha sido exitosa, por eso está el entusiasmo de seguir invirtiendo”, enfatizó.
En esta línea, indicó que la empresa está en permanente búsqueda de oportunidades a lo largo de Chile y se encuentran en proceso de evaluación de nuevos proyectos que están a la espera de concretarse.
La crisis de inseguridad
Ya dejando atrás los efectos de la crisis sanitaria, y encaminados a recuperar los índices prepandemia, Castilla detalló que la industria se está enfrentando a dos nuevas complicaciones: la crisis de seguridad que está viviendo el país y la baja promoción que está teniendo el turismo nacional.
En efecto, mientras Diego de Almagro logró llegar a las cifras de actividad que tenía en 2019 en parte importante de sus ubicaciones, el ejecutivo señaló que hay otras zonas del país en donde los indicadores no han logrado repuntar debido a que la inseguridad se ha tomado las calles.
“Tenemos destinos clásicos como Valparaíso y Antofagasta que han visto una gran disminución del turismo debido a su deterioro. A nosotros, como hoteleros, nos tiene muy preocupados el tema de la seguridad. La pandemia nos pegó a todos, pero uno se puede levantar de eso. En cambio, la seguridad es algo que no se puede controlar, sumamente complejo y que afecta la imagen país”, advirtió.
Ante este escenario, el ejecutivo señaló que han comenzado a tomar medidas como redoblar los esfuerzos para mejorar la seguridad en sus instalaciones, pero enfatizó que este problema va más allá de los privados, haciendo un llamado a las autoridades para que tomen las medidas necesarias.
Las carencias en promoción turística
En relación a la promoción del turismo nacional, Castilla señaló que durante este último tiempo los presupuestos han ido disminuyendo, lo que deja a Chile en desventaja con otras naciones de la región como Brasil, Argentina y Colombia, entre otros.
“Esto es un concurso de belleza, los países no solo tienen que mostrarse bonitos, sino que hay que vestirlo y prepararlo para atraer a los futuros veraneantes, y eso no se está haciendo. Entonces, hay que centrarse en buscar y aprender de los mecanismos que son exitosos en otros países. Hay diferentes alternativas que se están evaluando, que pueden ser atractivas para poder aumentar la recaudación, pero hay que llevarlas a acción”, concluyó.