Batalla por ruta Santiago-Lima: JAC lanza licitación e insiste en incluir frecuencias de Latam ante la Suprema

Continúan las turbulencias en la ruta Santiago-Lima. Después de que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) cerró las puertas a la Junta Aeronáutica Civil (JAC) para incluir en una licitación las 23 frecuencias de Latam sobre este destino, el Gobierno tomó dos caminos de acción.

El primero fue dar pie a la licitación con las nueve rutas de Jetsmart, pero además incluyó otras cuatro que tenía en reserva, anteriormente ligadas a Latam Airlines. El llamado a licitación se hizo el último día hábil, el 29 de septiembre, pues el 23 de octubre vence el contrato con la aerolínea low cost del fondo de inversión Indigo Partnes firmado en 2018.

En segundo término, el regulador elevó un recurso de reclamación en la Corte Suprema para revertir la postura del TDLC el 27 de septiembre, el cual fue admitido el 2 de octubre pasado.

Claves de la licitación

El Gobierno estaba atado de manos para posponer el concurso, por ello decidió dar curso al proceso.

“Llámase a los operadores aéreos nacionales a licitación pública de 13 frecuencias para servicios de transporte de pasajeros, carga y correo con derechos de 3° y 4° libertad para la ruta Santiago-Lima y cinco puntos adicionales en cada país designado de acuerdo a las condiciones acordadas bilateralmente por un plazo de cinco años”, se desprende del aviso.

Aún así, el concurso trae una particularidad. En el texto se explica que la licitación se enfoca en frecuencias de 3° y 4° libertad de aire, que únicamente sirven para el tránsito entre Chile y Perú. Sin embargo, las cuatro rutas de reserva en su origen cuentan con un atributo muy atractivo para el mercado: permiten la 5° libertad.

En simple, esta facultad permite a los operadores hacer conexiones, sin cambiar de tripulación o avión, posibilitando que se pongan a disposición de destinos más lejanos como el Caribe, México o Europa.

En los últimos años, la 5° libertad se volvió especialmente atractiva para Jetsmart (junto con su socio American Airline) y Sky Airline, pues tienen entre sus planes utilizar el aeropuerto de Lima como puerta de entrada a Estados Unidos. Estos planes de negocios aumentan la presión a Latam Airlines, que históricamente ha sido la compañía con mayor presencia en los tramos hacia el hemisferio norte.

De acuerdo a fuentes de la industria, todo parece indicar que habrá un segundo concurso Santiago-Lima, únicamente enfocado en los trasbordos.

Según el calendario, entre el 11 y 16 de octubre la JAC tiene abierto un período de consultas para las empresas interesadas. Y dentro de este mismo plazo se podrá realizar modificaciones que podrán ser aprobadas por acto administrativo.

Además, el lunes 23 de octubre -a las 11:00 hrs.- está programada la apertura de los sobres económicos de manera presencial. Ganará la aerolínea que presente la alternativa más alta y, en caso de empate, se dará la oportunidad a que puedan pujar nuevamente. El monto de todas las propuestas será informado una vez asignadas todas las frecuencias.

Cruce de argumentos

El Gobierno no bajó los brazos en su cruzada por incluir las 23 rutas de Latam Airlines en la licitación, debate que próximamente será discutido en la Corte Suprema.

Para convencer a los jueces de tramitar la reclamación, el organismo -cuyo secretario ejecutivo es Martín Mackenna- argumentó: “la reclamación es procedente, independientemente de si la resolución recurrida altera en lo sustancial el sentido y alcance del fallo, pues eso será materia del fondo”.

El razonamiento encendió las alarmas de Latam Airlines, que salió a contraatacar: “los efectos sistémicos de una eventual admisibilidad de la reclamación de la JAC son, por lejos, la mejor prueba de su improcedencia. De acogerse, todas las resoluciones de término del H. Tribunal -incluidas las sentencias definitivas y firmes del procedimiento contencioso- perderían el carácter de firmes y pasadas en autoridad de cosa juzgada”, expresaron los representantes de la aerolínea, José Miguel Huerta y Santiago Bravo, socios de Claro y Cía.

La aerolínea volvió a acusar al regulador de interponer una “aclaración encubierta”, pues el objetivo sería quitarles sus frecuencias para el concurso.