En plena pandemia un movimiento que remeció el mundo legal en Chile fue la salida de un grupo de socios de Guerrero Olivos comandados por Roberto Guerrero, quienes se unieron al equipo del estudio hispano Cuatrecasas para lanzar sus operaciones en el país.
Jorge Badía, managing partner global de la firma por primera vez pisa Chile desde aquel anuncio de abril de 2020 y en entrevista con Diario Financiero, acompañado de su socio local Cristián Conejero explica su apuesta por el país y adelanta sus próximos pasos. Todo ello, en su última parada luego de haber recorrido las otras tres jurisdicciones que abrieron conjuntamente hace poco más de un año: México, Perú y Colombia.
-¿No cree que tal vez llegaron un poco tarde a instalarse en el país, pensando en que muchos de sus competidores lo hicieron años antes?
-Hemos llegado cuando nos ha tocado nuestra propuesta, que es muy distinta a lo que han hecho nuestros competidores. Pasamos muchos años pensando si teníamos que hacer alianzas con estudios locales e integrarnos después, pero optamos por un estudio propio con una operación realmente integrada, en el sentido de que no es una franquicia y esto tiene que ver con la arquitectura institucional nuestra, donde, por ejemplo Cristián (Conejero) no es socio de la oficina de Santiago, es socio de Cuatrecasas mundial y eso permea todo el modelo, es una apuesta mucho más fuerte, más compleja y la hemos hecho cuando nos tocaba.
- En este primer año ¿Cuál es el balance?
-Nos ha ido muy bien, hemos cumplido los presupuestos teniendo en cuenta que fue una osadía abrir estas oficinas en plena pandemia y reclutar al equipo vía Zoom. Teníamos la fuerza de Cristián que lo habíamos fichado en París hace algunos años, conocía muy bien la casa y ha sido fácil encontrar los perfiles y que calzaran con los de cualquier oficina de nuestra firma.
-Pasado el período de instalación, ¿Qué es lo que viene para el estudio en Chile?
-Nos queda concretar una práctica importante, no tenemos todas las que queremos. Tenemos todas las de naturaleza transaccional, (M&A, corporativo, etc), una pata muy fuerte de Litigación y Arbitraje (25% aproximadamente de la facturación), pero nos falta el área Fiscal, que es el origen de nuestra firma.
-En ese caso, ¿Van a ir por algún estudio o grupo de práctica?
-Nuestro modelo se va a mantener, buscando un socio de referencia que sea fuerte y confiable y que arme un equipo. No estamos pensando en dimensión, para nosotros estar acá no es juntar ventas, sino de que nos ayude a posicionarnos y podamos entrar en transacciones que involucren varias jurisdicciones, por eso tenemos que encontrar a alguien de mucho nivel y tener un equipo razonable.
-¿Están en conversaciones con esa persona?
-Tenemos conversaciones muy avanzadas, hemos evaluado varias posibilidades y a principios de año arrancaremos con esa práctica, pero aun no podemos decir su nombre.
-Siguiendo con el crecimiento de la firma, ¿El escenario del país tras el estallido y la pandemia ha modificado sus planes?
-Nosotros tomamos las decisiones cuando veíamos que en Chile se venía un cambio, para nosotros que se haga una nueva Constitución es buenísimo, lo que no está bien es que se haga una revolución. Una Constitución es parte de las reglas del juego y mientras haya Estado Derecho y espacio para los abogados y los negocios, no lo vemos con dramatismo.
-Y ¿cuál es la percepción de clientes?
-Vemos operaciones y seguimos viendo inversión... Es verdad que ustedes tienden a verlo mucho peor, nos pasa en España, vivo horrorizado cuando estoy allá, pero en general hay mucho ruido en la política y pocas nueces, y al final los fundamentales no son tan terribles.
Firma millennial
-Una de las características de Cuatrecasas es que trabajan muchos jóvenes, entiendo que más de la mitad de la planta es millennial ¿Por qué esa apuesta?
-Nosotros no seríamos nada sin los jóvenes, no puedes estar al día si no generas esta renovación y si no las integras… No sabríamos cómo tratar al venture capital o tener un ‘unicornio’ de cliente si no fuera porque tenemos a estos jóvenes que saben relacionarse con sus pares en el mercado y saben renovar.
En España mucho más del 50% de la firma son millennials y en Chile la edad promedio es menor de 35 años (de un total de 32 personas).
-¿Cómo logran seducir a un grupo que no es fácil de retener?
-Hemos intentando convencerles de que cada año que se queden va a ser de progresión para ellos, incluso estamos pensando si nuestros cursos de formación pueden generar una titulación oficial (impartimos 1.700 horas al año en capacitaciones), de tal forma que le podamos ofrecer algo así: Si te quedas; vas a trabajar este tipo de asuntos, vas a recibir esta formación, vas a ir a tal oficina internacional y se lo tienes que decir que lo van a hacer en los 6 meses siguientes, no les puedes decir que lo vas a hacer dentro de los próximos dos años. Esa es la clave.
-¿Cuál es la tasa de retención que logran con estas medidas?
-Nos cuesta mucho y la situación es particularmente grave en España y Europa en general, donde es un verdadero drama detener a la gente. Pero lo que sí te puedo decir es que el 90% de nuestros abogados han hecho una carrera con nosotros, con lo cual el sistema todavía funciona.
-En medio de tanto cambio ¿Cómo ven el futuro de la industria y uds. en particular?
-Más allá de la globalización de las firmas legales, hay otro cambio importante y lo voy a graficar de otra forma: Yo fui el abogado número 17 en Barcelona y hoy somos 1.000. Cuando era el 17 el poder del abogado sobre el cliente era inmenso, y hoy sin ninguna duda es el cliente el que manda, y eso obliga a cambiar…
-¿De qué manera?
-Nosotros estábamos estructurados por países o áreas de práctica y eso va a cambiar, vamos a estar trabajando en temas de infraestructura, energía o inmobiliario. Vamos a trabajar más de cara a las industrias y menos encerrados en nuestros silos de conocimiento jurídico.
-¿Y la tecnología?
-La tecnología ayuda, pero ayuda si quieres cambiar tus procesos y si quieres servir al cliente, hacer las cosas más rápido y sin errores, con un costo más razonable. Y nosotros particularmente somos una industria muy anticuada en procesos.
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