Distintos cargos, visiones y estrategias usaron los principales rostros que tuvo la discusión del megaproyecto.
Por Colbún estaban Bernardo Matte, quien fue uno de los que apoyó golpear la mesa, suspendiendo los estudios de la línea de transmisión, como una forma de protesta al gobierno del ex presidente Sebastián Piñera por el escaso apoyo al mismo.
Su sobrino, Bernardo Larraín modificó su estrategia en al menos una ocasión, leyendo los cambios del país.
En tanto, Jorge Rosenblut, presidente de Endesa, prefirió dirigirse a los líderes de opinión para defender el proyecto. Por otra parte, Daniel Fernández, que llegó en mayo de 2010 con las esperanzas de los controladores de HidroAysén de que usara su transversal red de contactos para conseguir apoyos.
Mientras, en la vereda opositora, nunca decayó la sombra implacable de Patagonia Sin Represas.
Matte: anticipando el resultado
Las centrales de HidroAysén son "altamente eficientes, que aportan una gran cantidad de energía en una pequeña superficie a inundar", fue una de las frases que usó Bernardo Matte para defender el proyecto en USA Today hace un par de años.
El empresario es el que ha supervisado el área eléctrica del grupo, luego de que su hermano Eliodoro se hiciera cargo de la papelera.
Primero como presidente y luego como director -cargo que dejó hace unos días- Matte monitoreó cómo avanzaba el proyecto, sin exponerse mucho públicamente. Con todo, habría sido uno de los artífices de la decisión de Colbún de suspender los estudios de la línea de transmisión, al ver la alta oposición ciudadana que generaba el proyecto y el escaso apoyo que había de parte del gobierno del ex presidente Piñera.
Y aunque la compañía planteaba que si el proyecto de carretera eléctrica podría dar un impulso a HidroAysén, pues resolvería uno de sus principales nudos, el empresario nunca tuvo mucha fe en ello, aseguran entendidos.
Por lo mismo, cercanos comentan que Matte Larraín ya anticipaba desde hace meses, sino más de un año, el destino que tendría HidroAysén.
Daniel Fernández: La cara visible
En abril de 2010, a los pocos días de asumido el ex presidente Sebastián Piñera, HidroAysén anunció la llegada de Daniel Fernanández como vicepresidente ejecutivo.
Aterrizaba en el bullado proyecto tras haber tenido una gestión que había sido calificada como destacada en la Empresa Nacional del Petróleo durante la administración de Eduardo Frei.
En su currículo sumaba la valorada y extensa red que había logrado el militante del PPD tanto en la Concertación, como en la Alianza luego de su paso por TVN.
Durante su gestión debió enfrentar varias críticas de políticos y ambientalistas. Por lo mismo, bajo su mando HidroAysén inició la campaña comunicacional en que advertía los riesgos de quedarse sin el proyecto, justo en medio del proceso de evaluación ambiental.
En una entrevista con revista Cosas, a un año de su nombramiento, Fernández también aclaró el camino que siguió el proyecto: "Se inició en el gobierno de la Presidenta Bachelet y ella lo acogió a tramitación y generó las primeras observaciones, muchas de las cuales ya están superadas", indicó.
Ahora, en la industria esperan la renuncia de Fernández en los próximos días a su cargo.
Bernardo Larraín: leyendo el país
En 2005 el hijo de Patricia Matte y Jorge Larraín, Bernardo Larraín, llegó a la gerencia general de Colbún, un año más tarde la firma se sumaba a HidroAysén. Desde su arribo, su gestión fue más bien conciliadora y de bajo perfil; sin embargo, ya con el proyecto en evaluación, decidieron comunicar mejor la iniciativa. "Es necesario que los proyectos energéticos, entre ellos, HidroAysén, se difundan no sólo a los grupos de interés directo, vecinos del proyecto, sino a audiencias más amplias", dijo en 2009. Posteriormente el ejecutivo dijo que no previeron la trascendencia que tendría el proyecto. "Pensar que HidroAysén se convertiría en un tema mundial era algo difícil de anticipar", indicó.
En 2011, cuando hubo una multitudinaria protesta contra HidroAysén, hubo otro cambio, a una política más pública. Larraín salió a defender con más fuerza el proyecto. Sin embargo, en mayo de 2012, la firma, sin conversar previamente con Endesa -su socio en HidroAysén- decidió cambiar el rumbo y recomendó suspender los estudios para la línea de transmisión.
"HidroAysén partió el 2006 y estamos en el 2012, Chile cambió" dijo entonces. El episodio, conocido como "Colbunazo", fue un golpe a la mesa por parte de los Matte a la falta de una política nacional de acuerdos en materia energética.
Patricio Rodrigo, el mayor opositor
La cara más visible entre los opositores al proyecto ha sido Patricio Rodrigo, secretario ejecutivo del Consejo de Defensa de la Patagonia. Desde ese foro lanzó la campaña Aysén sin Represas y luego Patagonia Sin Represas. La estrategia comunicacional incluyó varias gigantografías y aludiendo al impacto que tendría la línea en el medio ambiente.
Sin embargo, Rodrigo fue capaz también de sumar a su causa a políticos de varios sectores, en oposición al proyecto. Además, logró concitar el interés de otros grupos ambientalistas, principalmente europeos, que fueron parte de su foco. Para ello, realizó viajes a Roma, sede del grupo Enel, controlador final de Endesa, que tiene un 51% del proyecto.
A eso se suma el conseguir apoyo transversal de artistas y personalidades de varios frentes, y tener de su lado a Douglas Tompkins.
Además, la organización en su punto máximo, logró convocar a más de 80 mil personas en Santiago -sin contar otros más a lo largo de todo el país- en diversas marchas para protestar contra el proyecto hidroeléctrico. Rodrigo también ha enviado polémicas acusaciones, señalando que HidroAysén "ha intentado ser impuesto a la fuerza por medio de sobornos sociales a las instituciones y a la población".
La audiencia de Rosenblut
"¿No cree usted que la hidroelectricidad debería estar en el centro de la agenda para llegar al desarrollo? ¿No cree usted que ya no es posible permanecer en silencio frente a esta discusión?", son sólo alguna de las frases que utilizó Jorge Rosenblut, presidente de Endesa Chile en una carta que envió en junio de 2011 a unos 300 líderes de opinión -ministros, senadores y diputados, presidentes de diversos partidos políticos, directores y altos ejecutivos de medios de comunicación- defendiendo el proyecto HidroAysén.
De escasas declaraciones públicas, Rosenblut se mueve más entre personalidades de influencia. Lo mismo que hizo hace unos días, cuando volvió a enviar una misiva similar en la que decía que "la autosuficiencia (energética) a la que puede acceder Chile es de las más ventajosas, toda vez que ella se basaría en recursos renovables, limpios, muy abundantes en el país y, por cierto, muy competitivos". Por lo mismo, dice Rosenblut, "darle la espalda a estos recursos sería una omisión que el país no se merece".
El ejecutivo ha defendido en varias ocasiones el uso de la hidroelectricidad en la matriz, señalando que "el 'petróleo' de Chile es el agua".
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