Campanario Generación, generadora eléctrica controlada por el fondo de inversión Southern Cross -liderado por Raúl Sotomayor y Norberto Morita- informó hoy que solicitó a la Corte de Apelaciones de Santiago su "propia quiebra".
La compañía informó esta decisión a través de un hecho esencial enviado a la SVS, y queda entonces a la espera que sea el tribunal de alzada capitalino quien declare la quiebra.
De esta forma, la solicitud de convenio judicial preventivo que presentó la semana pasada la central Campanario Generación (80% de Southern Cross y 20% de Gasco) no obtuvo el apoyo necesario de los acreedores para ser tramitado en forma protegida, por lo que la generadora presentó hoy en Tribunales de Justicia su propia solicitud de quiebra.
El abogado de Campanario, Gerardo Varela, explicó que “la semana pasada presentamos un convenio judicial preventivo que buscó tener un marco jurídico que permitiera en el más breve plazo restablecer la cadena de pagos de la compañía, y buscar una solución sustentable, razonable y de mercado para todos los acreedores".
Sin embargo, dijo "al no lograr tramitar el convenio en la forma sugerida por los especialistas, nos vemos obligados a solicitar la quiebra porque tenemos conocimiento a través de la prensa de que existen otros acreedores solicitándola, y estimamos conveniente que sea la propia empresa la que plantee su quiebra, especialmente para que el Síndico que quede a cargo sea designado por los principales acreedores, dado que eso asegura mayor independencia en su actuar”.
Raúl Sotomayor, presidente de Campanario Generación, explicó que “seguiremos trabajando para consensuar con los acreedores un convenio que maximice la recuperación para todos ellos, porque nuestro objetivo es que la compañía cumpla al máximo sus compromisos".
Según los estados financieros al 31 de julio de 2011, el resultado del contrato de suministro de energía con las distribuidoras CGE Distribución y Saesa arrojó pérdidas el 2011 por US$ 87 millones a las generadoras Campanario y Tierra Amarilla (US$ 61 millones a Campanario y US$ 26 millones a Tierra Amarilla). Desde que comenzó el contrato en enero de 2010, las pérdidas acumuladas suben a US$ 101 millones (US$ 71 millones a Campanario y US$ 30 a Tierra Amarilla).