Los ajustes que prepara Fantasilandia para su nuevo parque de entretenciones en San Bernardo
Prevé tener en operaciones los parques acuático y temático en noviembre de 2027, a un costo de US$ 110,6 millones.
Por: J. Troncoso Ostornol | Publicado: Lunes 14 de octubre de 2024 a las 04:00 hrs.
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La administración de Fantasilandia -empresa ligada a Gerardo Arteaga y que por décadas ha operado sus instalaciones en el Parque O’Higgins- trabaja en una serie de ajustes para su nuevo parque de diversiones que se emplazará en la comuna de San Bernardo, a un costo de US$ 110,6 millones.
A fines de 2021, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) le dio su visto bueno a la iniciativa, luego de dos años y medio de tramitación.
Ahora, la empresa presentó una consulta de pertinencia denominada Modificación Fantasilandia San Bernando, para que la autoridad defina si los ajustes deben a no someterse a una evaluación ambiental.
La obra se emplaza en un terreno de 27 hectáreas, en el kilómetro 26,5 de la Autopista Central, Sector Lo Infante, e incluye dos sectores de entretenimiento: uno temático con atracciones y un parque acuático con piscinas y toboganes. Además, el proyecto contempla un conjunto de instalaciones y equipamiento comercial, como restaurantes, heladerías, locales comerciales, escenarios para espectáculos, juegos mecánicos, cine 4D y áreas verdes. Con todo, el complejo tendrá capacidad para unos 12 mil visitantes y contará con 1.608 estacionamientos.
Originalmente, la empresa tenía proyectado abrir primero el parque temático, iniciando su fase de operación en octubre de 2026; luego debutar con el parque acuático en agosto de 2027.
No obstante, dentro de la consulta de pertinencia, la firma intercambió la construcción de los parques.
Así, el nuevo plan de la compañía es iniciar la fase de operaciones del parque acuático en diciembre de 2026, y el temático casi un año después, en noviembre de 2027.
La empresa sostuvo que “el alcance y magnitud de la modificación del proyecto que se plantea no incide en generar o aumentar los efectos ambientales” ya previstos en la Resolución de Calificación aprobada, dado que se trata, se afirmó, de ajustes que no inciden en materias no evaluadas o en impactos no considerados en el EIA visado.