La aerolínea británica British Airways
(BA) comenzará a operar mañana jueves su nueva filial OpenSkies, que
en un primer momento enlazará los aeropuertos de París Orly y Nueva
York JFK.
Con esta filial, cuya creación ha sufrido la oposición de parte
de la plantilla de la compañía, British Airways pretende
beneficiarse del acuerdo de "cielos abiertos" entre la Unión Europea
y Estados Unidos, que entró en vigor el pasado 30 de marzo y que
facilita las operaciones de las aerolíneas entre ambos territorios.
Entre otras cosas, el acuerdo permite a las aerolíneas europeas
volar sin restricciones a todos los aeropuertos estadounidenses
desde cualquier punto de la Unión y no sólo desde su país de origen,
como ocurría hasta ahora.
OpenSkies comenzará a operar con un vuelo diario en cada uno de
los sentidos con un único Boeing 757.
La compañía espera incorporar una segunda nave del mismo modelo,
procedente de la actual flota de British Airways, a lo largo de este
año, y antes de que acabe el 2009 prevé contar con seis aparatos que
vuelen directamente a Nueva York desde ciudades como Amsterdam,
Bruselas, Fráncfort y Milán.
Los miembros del sindicato Balpa, que agrupa a 3.000 de los 3.200
pilotos de British Airways, votaron en febrero pasado llevar a cabo
una huelga para protestar por el hecho de que ambas plantillas sean
independientes, lo que reducirá, a su juicio, su cohesión y las
posibilidades de promoción interna.
Balpa había acudido posteriormente al Tribunal Superior del Reino
Unido para que dictaminara si British Airways tenía derecho a
impedir la huelga de sus trabajadores, aunque finalmente retiró el
proceso el pasado 22 de mayo.
Junto a los problemas con los pilotos, el comienzo de operaciones
de OpenSkies se enfrenta a un contexto de creciente alza del
petróleo que está obligando a las aerolíneas a subir los cargos
extras que cobran por el combustible y a reducir su capacidad.