La petrolera Petrobras invertirá
US$ 31.000 millones en sus dos nuevas refinerías en el norte
de Brasil, que producirán combustibles "premium" con calidad de
exportación, explicaron hoy ejecutivos de la empresa.
El más avanzado de estos proyectos es la refinería del estado de
Ceará, que costará US$ 11.100 millones, explicó el director
de Abastecimiento de la empresa estatal, Paulo Roberto Costa.
Esta unidad procesará 300.000 barriles por día (bpd) de crudo,
para producir derivados de alto valor comercial, como diesel y
gasolina para los mercados externos.
Los primeros 150.000 bpd saldrán al mercado a partir del 2012 y
los otros 150.000 a partir de 2016, explicó Costa durante una rueda
de prensa desde la ciudad de Fortaleza, capital del estado de Ceará,
transmitida en vivo por Petrobras.
Mañana miércoles, con presencia del presidente de Brasil, Luiz
Inácio Lula da Silva, será firmado el respectivo protocolo de
entendimiento entre Petrobras y el gobierno de Ceará.
Lula también inaugurará un nuevo terminal de descompresión de Gas
Natural Licuado (GNL) que aumentará la oferta del combustible de
origen importado para el mercado brasileño, hoy cubierto en más de
50% por Bolivia.
Petrobras también inaugurará en Ceará una nueva planta de
producción de biodiesel derivado de oleaginosas.
Costa, junto a otros ejecutivos de Petrobras, adelantó algunos
datos de los nuevos proyectos de refino en los estados del noreste,
cuya ubicación geográfica favorece el acceso a los mercados de
exportación.
La inversión en la refinería de Ceará incluye suministro de
energía y agua, terminales para buques, muelles y tuberías y mejoras
en el puerto de Pecem.
"Existe una extrema buena voluntad para hacer viable ese
importante proyecto a ser construido en Ceará", dijo Costa.
En los próximos 120 días Petrobras y el gobierno regional deberán
establecer las condiciones jurídicas, de licencias ambientales,
técnicas y económicas del proyecto, que generará unos 90.000 puestos
de trabajo durante las obras, según Petrobras.
La otra refinería, en el estado de Maranhao, costará US$ 20.000
millones, explicó Costa.
La instalación procesará otros 600.000 bpd de crudo y su primera
fase estaría lista en el 2013 y la segunda en 2015.
Brasil importa hoy en torno del 15% del diesel mineral
que consume, mayormente para usarlo en plantas térmicas de generar
electricidad, lo que equivalió en el primer semestre pasado a
100.000 bpd de diesel, dijo.
Esa cifra será reducida en 20% con la producción de
diesel vegetal, pues desde el 1 de julio pasado Brasil ha hecho
obligatorio agregar 3% de diesel vegetal al diesel del
petróleo usado por la flota automotriz.
Además, la reciente entrada en operaciones de una nueva planta
que produce 12.000 bpd de diesel mineral en Río de Janeiro permitirá
reducir el déficit de diesel a sólo 68.000 bpd, explicó.
Con la futura entrada en operaciones del nuevo Complejo
Petroquímico de Río de Janeiro, una inversión de 8.500 millones de
dólares, y con otra nueva refinería ya en construcción en Recife,
estado de Pernambuco, Brasil se va a convertir en autosuficiente en
la producción de diesel, añadió.
Así, la gran parte del diesel de las nuevas refinerías de Ceará y
Maranhao irá al mercado de exportación, explicó el ejecutivo.
En la refinería de Recife, con capacidad para procesar 200.000
bpd de crudo, Petrobras todavía negocia una asociación con la
petrolera estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
"Continuamos con las negociaciones de un acuerdo de accionistas,
estatutos y el contrato de suministro de crudo", afirmó Costa.
Petrobras continúa la construcción por sí sola de esta refinería
de unos US$ 5.000 millones, mientras negocia con PDVSA este
acuerdo que ha estado en la agenda de los dos países en los últimos
ocho años.