Fitch Ratings espera que la calidad de activos de la banca chilena se deteriore moderadamente este año como consecuencia de una desaceleración económica continua, un probable aumento del desempleo y la volatilidad cambiaria, factores que presionarán los costos crediticios.
Así lo indica en su último informe, donde destaca que proyecta un aumento modesto en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real, de 1,5% en 2016 a 1,9% en 2017.
No obstante lo anterior, la clasificadora advierte que pese a la desaceleración económica, el sistema bancario local ha mantenido indicadores fuertes de calidad de activos durante los últimos cinco años.
En Fitch señalan que la rentabilidad de las entidades permanecerá bajo presión en el corto plazo, debido a que éstas tienen una proporción alta de sus activos denominados en unidades ajustadas por inflación (UF), lo cual vincula los márgenes de interés a las tendencias en la inflación.
“Esta última está resultando por debajo de las expectativas, afectando negativamente los ingresos por intereses netos de los bancos”, sostiene el informe, destacando que se estima que el ROAA operativo podría seguir cayendo levemente en 2017, principalmente a razón de una tasa de inflación anual menor que el 3,2% proyectado por la misma clasificadora, un crecimiento crediticio orgánico modesto (6,0% a 8,0%) y costos de crédito crecientes.
Por otra parte, la clasificadora recuerda que el sector ha experimentado una consolidación significativa durante los últimos dos años, incluyendo la fusión más grande, Itaú-Corpbanca, y el cierre de las subsidiarias de bancos globales.
En esa línea, se considera que la tendencia de fusiones y adquisiciones podría continuar en el mediano plazo, especialmente para bancos medianos, lo que les ayudaría a reducir la brecha con los bancos más grandes en términos de fondeo minorista y capital.