Eduardo Ebensperger: es bastante delicado el escenario con el que uno podría encontrarse de cara a 2017
A juicio del ejecutivo, ha quedado demostrado que las reformas no han conseguido los resultados que se esperaba, y llama a tener cuidado con el IPSA.
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El actual gerente general del Banco de Chile, Eduardo Ebensperger, tiene un perfil bastante distinto a lo que se acostumbra en la banca. Con una carrera ligada prácticamente desde sus inicios a la entidad controlada por el grupo Luksic, "sin pitutos" -como señalan sus cercanos-, no evita abordar temas que salgan del ámbito netamente financiero.
Y esta entrevista no es la excepción, ya que para analizar el panorama económico que se espera para 2017, es inevitable abordar, también, la contingencia política y las reformas que lleva a cabo el gobierno.
-¿Cómo ve las inversiones para el próximo año? Esto considerando que, hace algunas semanas, se conoció la caída de Chile en el ránking de competitividad.
-Es bastante delicado perder puntos o bajar en el ránking de competitividad, no porque un número dé necesariamente un nivel de lo que se invierte, sino porque es una información más -y no menos relevante-, para los inversionistas globales. Nosotros somos un país abierto al mundo, 50% del PIB es el trade comercial que tenemos, y ellos miran cómo está el país, competitivamente, con el resto. Y lo que uno ve actualmente en Latam, es que hay un optimismo un poco más estable con Brasil, que está bastante deteriorado; se le está dando una oportunidad a Argentina, Perú lo está haciendo bastante bien...entonces ya competimos con ellos en la región. Y ahí, se ve que nosotros hemos hecho algunos cambios que no van, precisamente, en dirección a apuntalar el crecimiento y la inversión.
-¿Y qué pasa con la inversión local?
-Se producen dos fenómenos preocupantes para el país, que es que nos hacemos menos competitivos en términos de las inversiones que vienen desde afuera, y sumamos, internamente, que las empresas y los empresarios tienen un nivel de inversión bajo en el país. El crecimiento está bajo, las expectativas locales también están disminuidas. Entonces si esto afecta la inversión extranjera y local, es bastante delicado el escenario con el que uno podría encontrarse de cara a 2017.
-¿Las reformas explican este escenario?
-En los últimos años hemos hecho una serie de reformas o políticas públicas, en las que no hemos ponderado, adecuadamente, el nivel de crecimiento del país. Porque es el crecimiento de la economía el que ha permitido la reducción en los niveles de pobreza, alcanzar un nivel de empleo altísimo, y eso de alguna manera, se ha visto afectado, y el crecimiento ha caído dramáticamente.
-¿Entonces cuál era la opción, no cambiar nada?
-No, no quiere decir que no había que hacer reformas. Los países tienen que evolucionar, pero las reformas se han implementado bastante mal. Uno tiene que ser muy cuidadoso cuando se hacen políticas públicas, y aquí está claro que no se han hecho bien.
-Ahí generalmente se menciona la reforma tributaria
-Claro, la tributaria que efectivamente es compleja, que además minó fuentes de crecimiento, y podría afectar fuertemente no sólo a grandes empresas, sino también a las pymes. Ya está claro que van a tener que hacer reglamentos para adaptar esta ley, mejorarla, para que sea factible de ser implementada adecuadamente, pero para que también no dañe tanto al crecimiento. Y ya arreglarla lo hace complejo, y a eso se suma la reforma laboral, que está ad portas, y cuando una reforma laboral no se preocupa adecuadamente de generar empleo, es compleja para las empresas, que toman decisiones de seguir invirtiendo, porque además en un escenario de bajo crecimiento, hace más difícil aún la inversión, porque tiene costos más altos en la entrada.
-Pero cómo se mejora la ley laboral...
-Uno tiene que, en una reforma laboral, preocuparse primero del empleo, de las condiciones de la gente, pero no solamente en desequilibrios de poder o ponderar más a los sindicatos y dejar de lado las cosas necesarias para que exista una buena relación laboral entre trabajadores y empresarios.
Sobre la posible baja de tasas de interés y el IPSA
-Un factor adicional a considerar, y que podría ser peligroso, es que la economía no despega pese a las bajas tasas, el consumo no aumenta, y ahora se habla de que quizás el Central baje la TPM en su próxima reunión.
-Efectivamente es muy peligrosa, porque hay poco espacio para tener tasas más bajas, y una de las posibilidades es que el Central lo haga, como bien dices. Pero tiene límites ya muy marginales...es muy difícil impulsar la economía con una rebaja de tasas. Entonces esto hace pensar que, efectivamente, se requieren cambios o condiciones más globales, donde se va a potenciar el crecimiento, se le va a tratar de devolver la confianza a los empresarios; en definitiva, de recuperar la fuerza en la inversión y crecimiento que teníamos un tiempo atrás. Cuando uno hace cambios que pueden debilitar algunos fundamentos básicos de la economía, como por ejemplo el cómo se va a manejar el tema de las aguas, o la misma reforma tributaria...todas estas cosas van minando fundamentos que han hecho que el país sea lo que es actualmente, con una cesantía y pobreza a la baja.
-Aparte de las bajas tasas, es difícil explicar el por qué tras la rentabilidad del IPSA cuando no hay inversiones y el gasto no crece
-Así es.
-Y se dice que en EEUU está pasando lo mismo, de hecho se habla de burbuja en las acciones, ¿cuál es su opinión?
-Lo que está pasando es que, de nuevo, las expectativas juegan un rol muy importante. La bolsa estuvo muy plana y a la baja por mucho tiempo, y viendo cada caso, hubo algunas empresas que el mercado golpeó más que a otras, más allá de lo que sus números o resultados obedecían. Ahí uno puede encontrar una recuperación producto de que empiezan a salir los resultados y éstos son positivos, entonces se ve que hubo un efecto de expectativas. Pero lo otro que puede afectar es que de alguna manera hay una sensación, porque ha sido un año complejo, de que esta situación tocó piso, con la esperanza de que a las empresas ya les haya ido todo lo mal que les podía ir. Adicionalmente, afecta que las tasas están muy bajas, lo que hace que los activos en renta variable sea más atractivas, y el tipo de cambio también ha caído, entonces no se ven muchas oportunidades adicionales para invertir. Acá han jugado las expectativas de que las empresas ya están muy castigadas, y se ve complejo de que se pueda bajar más. Entonces hay que ser cuidadosos...creo que obedece a estos tres factores.
Esperanzas en el próximo gobierno
-¿Cuál es el análisis que hace de los resultados de las elecciones municipales?
-En una mirada global, reflejan que cuando el gobierno de turno pierde fuertemente contra la oposición, la gente no está contenta con cómo se ha gobernado o se han implementado las reformas en el país y su gente. Además habla de una desconexión entre lo que la gente quiere de verdad y le preocupa, versus lo que las reformas han intentado implementar o las prioridades que ha dado el gobierno. Y cuando uno deja de lado lo que a la gente le preocupa, finalmente –y que es lo positivo-, se deja ver en una votación. Fue poca gente, pero los que fueron a votar, manifestaron este descontento o desacoplamiento entre lo que espera la población y la autoridad.
-¿Cree que podría haber un giro de aquí a las presidenciales?
-Creo que cada vez hay hechos más determinantes que demuestran que hay que ponderar a todos los actores de la economía, en todos los ámbitos: empresarios, políticos, el gobierno, la gente, los distintos niveles socioeconómicos. En el fondo, hay que privilegiar que aquellos niveles que requieren más apoyo, tengan efectivamente las oportunidades que requieren. Hay hechos manifiestos de que las cosas que se han hecho hasta ahora no han dado los resultados que se quería, o se han implementado no muy bien, y eso apunta a darse cuenta de que hay que reenfocar. Eso abre alguna esperanza de que la autoridad corrija o enderece un poco el camino, viendo lo que la sociedad le está pidiendo. Pero independiente de quien salga en las próximas elecciones, tenemos que preguntarnos qué podemos hacer mejor. Eso convoca a los empresarios, autoridad y al mundo político sin lugar a dudas. Esto es transversal, y no descalificar a priori lo que propone algún sector.
-Pero justamente una de las críticas que se le hace a la banca es que no da acceso a financiamiento a una parte de la población. ¿Ha habido un cambio en eso?
No. Hasta ahora nosotros hemos hecho ver lo que hace la banca y su aporte en el país; que el sistema financiero es extremadamente sólido, y es uno de los fundamentos de la economía. En el mundo hay una serie de ejemplos, en Europa la banca está un poco débil en algunos países, en EEUU está más sólida pero pasó por temas muy duros, y fue el estamento más complejo en las crisis económicas. Cuando el sistema financiero no está sano, el desarrollo de los países se hace más complejo. Chile tiene un sistema sano, pero hay que cuidarlo desde el punto de vista de las regulaciones que instalamos, y de cómo lo hacemos llegar a la mayor cantidad de gente posible.
-¿Hacen falta cambios regulatorios?
-Creo que algunas regulaciones y diferencias con la autoridad han impedido el desarrollo de la bancarización un poco más allá.
Por ejemplo, estuvimos en desacuerdo por la TMC, y tuvimos una partida importante de clientes que terminaron en el mercado informal, lo cual fue muy duro para ellos, a lo que se suma que los contratos de todos los clientes están congelados, debido a que la autoridad quiere un consentimiento explícito. Pero cuando los medios son digitales, cómo logramos, manteniendo el resguardo del consumidor, dar facilidad para que el desarrollo y la tecnología pueda complementar estas cosas. Ahí estamos frenados. Además es importante entender que es responsabilidad de todos ver cómo se entrega información para hacer inversiones o ahorrar, y los riesgos que uno toma fuera del mercado. Pero eso debe ir de la mano de la autoridad el cómo va cambiando y mejorando la regulación, y no ver uno al otro como el malo de la película
-¿Cree que así se les ve?
-Los bancos se ven como eso, pero son los que permiten no sólo al país desarrollarse, sino también a las personas, y eso debe ser puesto en la mesa y no sólo validado por la autoridad sino por la sociedad, y ser capaces de demostrar los aportes que hace el sistema financiero.
El principal fundamento es que los bancos deben ser muy cuidadosos con el dinero de los ahorrantes, que nunca se pierda un peso. No es un tema de prestarle plata a todo el mundo, porque uno tiene que cuidar el ahorro.
Conflicto con el Sernac: no seguir dilatando un tema que no es grato
El conflicto entre el Sernac y el Banco de Chile, por el supuesto cobro de cláusulas abusivas, sigue extendiéndose. Porque pese a que comenzó a fines del gobierno de Sebastián Piñera, en 2014, aún no han logrado acercar posiciones en el caso que comprende el cobro de la línea de sobregiro pactada de algunos clientes. Ello pese a que la entidad financiera ha intentado llegar a acuerdo en tribunales en varias ocasiones.
-¿En qué está el juicio con el Sernac por supuestas cláusulas abusivas?
-Estamos negociando con ellos un acuerdo que está en este minuto en definición. Queremos solucionar el conflicto que tenemos en tribunales, y hacer un acuerdo extrajudicial para no seguir dilatando un tema contingente que no es grato tener y que nos quita tiempo.
-Llama la atención por qué concentrar en un banco este caso, ya que se supone que casi todos los contratos en la banca son similares.
-A nosotros también nos llamó la atención, pero ya está, existe. Es un tema donde la industria está en la misma situación, pero el Sernac tomó la decisión de entrar a un proceso con nosotros, no sabemos por qué nos eligió a nosotros y no a otros actores también.
-Pero debe haber alguna razón...
Eso habría que preguntárselo al Sernac.
-¿Qué le parece la evolución del proyecto sobre el Sernac?
-La ley se está discutiendo, y creemos que es muy positivo que exista un organismo que defienda a los consumidores. Lo que no nos parece, en general, es que este organismo sea juez y parte en las decisiones. Que tenga la facultad de pasar multas y de normar no nos parece razonable, siempre tiene que estar dividida la función de supervisión, quien defienda a los consumidores y quien sancione.
extrañeza por rechazo al prepago
Hace casi un mes, el Banco de Chile ofreció al Banco Central prepagar el saldo restante de la deuda subordinada, la pesada herencia que quedó después de la crisis financiera de 1982 y que tuvo a la banca al borde de la quiebra. Sin embargo, el ente rector declinó la oferta de recibir, anticipadamente, unos US$ 500 millones.
Aquí, cómo fue recibida la negativa de la entidad encabezada por Rodrigo Vergara.
-¿Les sorprendió que el Central rechazara la oferta?
-Ésa es una atribución que tienen los accionistas del banco, y por lo tanto es una respuesta que deben dar ellos. Sin embargo, en mi opinión, el banco tiene un horizonte muy claro de su pago de deuda. Cuando uno quiere pagar una deuda, es extraño que cuando se quieren pagar los intereses, reajustes hasta la fecha de pago, y el capital, la respuesta sea que no. Suena extraño, porque no es lo habitual.
-¿Por qué cree que rechazaron esta opción?
-El Banco Central podrá tener sus razones, sin lugar a dudas, hay que preguntarle a ellos.
Pero a mí, personalmente, me parece que habría sido bastante sano para todo el mundo el haber terminado con algo donde se pagaba el 100% de la deuda, lo cual no ocurrió en otros casos.
-¿Entonces qué va a pasar?
-Independiente de lo anterior, el banco tiene un calendario establecido, y de acuerdo a los análisis que se pueden hacer, si se mantienen relativamente estable la rentabilidad del banco en estos tres años, se paga igual.
Habría sido bueno para todos, para el país, que esto se hubiese podido solucionar con la propuesta que hizo el banco, pero ya está, y hay que seguir preocupándonos del activo subyacente, que es el banco, y que siga siendo rentable para los accionistas y para el país. Ojalá que más temprano que tarde se pueda solucionar.
-Pero las condiciones eran malas?
-Es raro encontrar soluciones favorables o desfavorables, porque uno en definitiva paga la deuda en las condiciones que tiene. Y si se paga la tasa de interés, los reajustes, cuesta entender que sea desfavorable. Ahora, si se compara con otra inversión, por la coyuntura, puede ser, quizás. Pero hay que ver la consistencia de esas decisiones de la autoridad con el tiempo. Las decisiones, en todo caso, son respetables.