Instalado completamente en la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica, donde comparte cátedra con figuras de la talla de los exministros Rodrigo Valdés y Máximo Pacheco, el ingeniero comercial Roberto Méndez ya dejó atrás sus 43 años a cargo de la encuesta GfK Adimark, sin embargo, igualmente sigue con atención la contingencia.
Desde su oficina en Las Condes, con una vasta vista a la avenida El Golf, comenta que 2018 fue “un año complejo, difícil, porque por una parte, la economía mejoró y se comportó mucho mejor de lo que habían sido los tres o cuatro años anteriores; sin embargo, han aparecido problemas de tipo social y político que hacen difícil cómo se proyecta esto hacia el futuro”.
-¿Por qué?
-Porque la parte economía y la parte seguridad fueron las dos grandes promesas por las que fue elegido el presidente Piñera y en cierta manera le van a pasar la cuenta por esos dos factores.
-¿Hasta ahora, se puede hablar de promesas incumplidas?
-Claramente ha habido un avance en la economía, que va a crecer cerca de 4% este año (2018); pero todos los indicadores sobre la percepción de las personas acerca de cómo se está comportando la economía bajan. En la parte seguridad, creo que el gobierno tuvo una muy buena performance en seguridad hasta que apareció el caso Catrillanca.
-Como experto, ¿A qué atribuye las malas encuestas?
-El presidente Piñera fue elegido con una muy alta votación, pero también es cierto que las expectativas, tanto en materia económica como de seguridad eran excesivas, absolutamente exageradas y eso le ha estado pasando la cuenta. Ahora, evidentemente que la del presidente Piñera no es una evaluación óptima, pero está muy por encima de lo que podríamos llamar una situación de crisis.
-¿Qué errores ha cometido el oficialismo?
-Individualmente los partidos de la derecha están tensionados por sus problemas internos, la UDI y Renovación Nacional por la aparición de José Antonio Kast que crea una nueva tensión. Pero, en definitiva, la coalición ha funcionado relativamente bien. Ha existido un razonable grado de lealtad, cohesión y coordinación. Y también en favor de la coalición de gobierno está su crecimiento; por un lado Evópoli -una derecha más liberal- y la aparición de Kast, que representa otra sensibilidad. De hecho, estoy seguro de que si la elección se repitiera hoy día, Piñera sería reelegido, probablemente con la misma o mayor votación de la que tuvo.
-¿José Antonio Kast es parte de la coalición de gobierno?
-Eso es algo que está en duda todavía. Yo diría que en la manera cómo se plantea, al menos no es oposición. Él apoyó al presidente Piñera en la segunda vuelta y en general ha tenido una actitud no opositora. Se ha puesto crítico, pero todavía no lo plantearía como una oposición.
-¿Lo ve como una figura similar a la de Bolsonaro?
-Creo que en Chile se están dando las condiciones para que aparezca un liderazgo del tipo autoritario, nacionalista, como Bolsonaro. Lo más sorprendente -por eso creo que no calza exactamente con José Antonio Kast- es que esa posición más autoritaria está en los sectores más pobres, en los que tradicionalmente han votado por la izquierda. Y si bien reconozco que Kast ha tenido un crecimiento en los últimos meses, no veo todavía un apoyo de ese tipo. Aún está apelando a un sector de derecha conservadora.
-¿Se ha adelantado mucho la carrera presidencial?
-En estos gobiernos de cuatro años es inevitable que ya al segundo año se empiece a hablar de esos liderazgos y parece razonable que las opciones tiendan a tratar de ubicarse.
-En la derecha parece haber muchos candidatos
-En el caso de la derecha se empieza a perfilar esta opción que representa José Antonio Kast y probablemente lo que está más en duda es la opción que represente la continuidad del presidente Piñera. Ese es el gran vacío que todavía hay en la centroderecha, quién es la persona que podría terminar este proyecto que está vigente.
-¿Cómo ve a Ossandón?
-Ossandón ha sido sobrepasado en lo que él representa por José Antonio Kast. Diría que José Antonio Kast y Ossandón son distintas versiones de lo mismo, una derecha tradicional, conservadora, pero quien la ha representado más exitosamente, hasta el momento, es José Antonio Kast.
-Desde La Moneda siguen con atención el proceso.
-Por supuesto, porque en La Moneda hay un desafío muy importante para ver cómo este gobierno se proyecta. Y el del presidente Piñera es un proyecto de ocho años, por eso con más razón sería muy prematuro rendirse hoy día por esta presión que se ejerce sobre el ministro del Interior.
-¿Que Piñera no dejara un continuador sería un fracaso para su administración?
-Sí. Un presidente que no es capaz de proyectar su propuesta de alguna manera fracasa. La Concertación fracasó el día que tuvo que entregarle el gobierno a Piñera y se terminó como coalición.
-¿De qué depende que el 2019 sea mejor para Piñera?
-Creo que en La Moneda lo tienen claro, las expectativas que llevaron a Piñera a La Moneda siguen plenamente vigentes y la gente está a la espera de eso. Si la economía va a crecer en un 4% en 2018 eso tiene que llegar de alguna manera a los bolsillos y los espíritus de los chilenos. Porque las encuestas de confianza de los consumidores volvieron a caer. Si el gobierno no logra dar vuelta estas expectativas económicas le va a ir muy mal, esa es una tarea urgente. Y lo segundo es superar la crisis puntual de lo ocurrido en La Araucanía con la muerte de Catrillanca.
"Lo más articulado que he visto en la izquierda es lo que declaró el presidente Lagos"
-¿Cómo ve 2019 para la exNueva Mayoría? -Este año es la oportunidad que tiene de institucionalizarse, de centrarse en un proyecto. El caso Catrillanca, con toda la importancia que tiene, no es el proyecto de la izquierda, no va a unir a la izquierda, no va a crear una candidatura presidencial. Porque el gran problema que tiene la izquierda, aparte de la desarticulación entre los partidos, es la falta de propuestas. -¿No ve ninguna carta presidencial en la oposición? -Hay varias evidentemente, pero no veo ninguna hoy día que esté logrando encantar o representar o encarnar algo muy identificable. He mirado con interés a personas como Máximo Pacheco, por ejemplo. -Varios ya han levantado la mano -Varios han dicho que están disponibles, hasta Ximena Rincón dijo que también lo está. Veo muchos disponibles en la izquierda, pero no veo que sean capaces todavía de articular una propuesta. Yo le preguntaría a Ximena Rincón o a Máximo Pacheco o a otros, qué es lo que representan. En cierta manera lo más articulado que he visto en la izquierda es lo que declaró el presidente Lagos el fin de semana, la necesidad de un acuerdo. Eso es como si la Concertación hablara de nuevo. Él fue un gran presidente y de repente habla y ahí hay algo, pero hay mezquindades y es difícil que se puedan unir en torno a algo así.
"Sería un grave error del gobierno que Chadwick tuviera que renunciar"
-¿Cómo diría que el gobierno abordó el caso Catrillanca? -El caso Catrillanca es muy lamentable, pero ya adquirió una característica propiamente política. Obviamente, el gobierno enfrenta una crisis política a raíz del caso Catrillanca y no se ha manejado bien por su parte. Tengo la impresión de que el gobierno fue víctima de errores y falsedades que ocurrieron al interior de Carabineros y, finalmente, cayó como en una especie de trampa. -¿En medio de esta crisis la acusación constitucional tendría sentido? -Creo que no. Realmente es exagerado. En general, el ministro Chadwick ha tenido una buena gestión y estaba logrando muy buenos resultados. Me parece que sería un poco exagerado que por este tema tan confuso y poco claro se diga que el ministro ha faltado a su deber y se llegara a una acusación constitucional. Por otra parte, sería un grave error del gobierno que Chadwick tuviera que renunciar. -¿Por qué? -Porque Chadwick y Piñera son el núcleo de lo que significa la promesa del gobierno, por lo que sería una grave derrota e innecesaria si el gobierno cediera ante las presiones de la oposición. -¿Cómo se sale de la crisis? -Cuando los gobiernos ceden ante las presiones se termina el Ethos del gobierno. Entonces, el presidente Piñera tiene que defender su proyecto y su equipo original, si no, puede perderse el sentido completo de su mandato: crecimiento económico, reformas que están pendientes y también orden público siguen completamente vigentes.
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