Previo al anuncio de Bachelet, encuesta Adimark reforzó exigencia oficialista para el golpe de timón

El volcán Calbuco sorprendió en el peor momento. La erupción se produjo cuando el gobierno intentaba aplacar la erosión política que parece no tocar fondo, a raíz de los últimos casos conocidos de malas prácticas y los sucesivos cuestionamientos al liderazgo presidencial.

Así, la aprobación a la gestión de la presidenta Michelle Bachelet y de sus atributos personales, siguen cayendo según la última encuesta Adimark. Consecuentemente el desempeño del gobierno también se ve castigado por la ciudadanía: su rechazo alcanzó un 70%, cinco puntos más que en marzo.

Nunca antes el gobierno había obtenido tan alta desaprobación. De hecho, Roberto Méndez, presidente de Adimark, sostuvo que esa cifra sólo es comparable al peor momento del ex mandatario Sebastián Piñera, en el peak de las movilizaciones estudiantiles, en 2011.

En este contexto, la señal que dio la mandataria en el lanzamiento de una agenda anticorrupción, parece haber caído en el vacío. De hecho, el manejo de la corrupción sigue estando entre las áreas de gestión peor evaluadas con un 84% de desaprobación.

En tanto, el gabinete también fue duramente golpeado. El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, uno de los más perjudicados, bajando en 7 puntos su aprobación, justo cuando se encuentra en el ojo del huracán, cuestionado por los trabajos que realizó a Giorgio Martelli y criticado hasta por compañeros de su coalición (ver nota relacionada).

21 de mayo: decisivo
Los resultados del sondeo parecen haber sido la gota que rebalsó el vaso. Así, antes de conocer el sorpresivo anuncio de Bachelet en la entrevista con Mario Kreutzberger en Tele13, la Nueva Mayoría endureció su presión por un cambio de gabinete antes del 21 de mayo y porque La Moneda retome el control de la agenda. Así es generalizada la idea en el oficialismo que sólo restaba "un golpe de timón" por parte de la Presidenta.

De hecho, el diputado PPD, Pepe Auth, afirmó antes de las palabras de Bachelet que "todos esperamos que el 21 de mayo sea el punto de inflexión definitivo (...) que el punto de inflexión empezara a expresarse en el mes siguiente a partir de un cambio en la actitud de la Presidenta. La única manera que tiene el gobierno de recuperarse, es recuperar el control de la agenda y eso pasa por reafirmar su línea programática". Además, fue enfático en señalar que "por supuesto que habrá cambio de gabinete, a quién le cabe duda que pasado un año de la gestión, la Presidenta ha de hacer ajustes. A grandes problemas, grandes soluciones".

En la misma línea y también antes de la entrevista en Canal 13, el presidente del PS, Osvaldo Andrade, expresó que "estamos en un vacío", a la espera de que tome fuerza la agenda de probidad. Y agregó que, "el PS respaldará cual sea la decisión de la Presidenta, ya sea, empoderar al actual gabinete o hacer un cambio. Pero antes del 21 de mayo debiera haber una de las dos señales". Y, de hecho, así ocurrió unas horas después.

Decepción ciudadana
En la oposición el análisis no fue muy distinto. "Es claro que la ciudadanía está crecientemente decepcionada del gobierno y del mundo político", dijo el timonel UDI, Hernán Larraín, una línea que reafirmó en sus primeras reacciones luego que Bachelet pidió a sus ministros poner sus cargos a disposición.

Peñailillo: la manzana de la discordia entre el PS y el PPD

Por Claudia Rivas

Previo a que se informara del cambio de gabinete, un nuevo capítulo de la disputa entre el PS y el PPD se vivió ayer en el Congreso, por la molestia que le provocó al timonel socialista, diputado Osvaldo Andrade, que su par del PPD, senador Jaime Quintana, atribuyera sus críticas contra el ministro Rodrigo Peñailillo, al resultado de la contienda socialista en que Camilo Escalona fue derrotado por Isabel Allende. Todo, justo cuando la Adimark decretó una fuerte baja de 7 puntos del secretario de Estado, de 49% a 42%.

Ambos dirigentes están enfrascados en esta discusión desde que un sector del PS comenzó a criticar duramente la gestión del jefe de gabinete de la presidenta Michelle Bachelet, encabezado justamente por su timonel en dupla con el ex senador Camilo Escalona, período que coincidió con la última etapa de campaña en el PS, en que los candidatos se diferenciaron por el nivel de apoyo al gobierno.

En el tono irónico que usa a menudo, Andrade le pidió al timonel PPD que "dejara de opinar de la interna del Partido Socialista. (...) Si él persistiera en este esfuerzo de opinar, yo le pediría que sus opiniones las metiera en una bolsa y las metiera en una chancadora, una maquina pesada, que cuando tu metes algo ahí, no queda nada".

Quintana, por su parte, no se cohibió y respondió a su contraparte, aunque en un tono mucho más cuidadoso que en otras ocasiones. El senador replicó que "conozco esas maquinarias. No me voy a referir a eso, sé perfectamente para qué sirven. Sí le puedo decir que estás declaraciones destempladas a las que nos tiene acostumbrados el diputado Andrade no me sorprenden ni me preocupan".

Y añadió que la postura del timonel socialista da cuenta de que "en este escenario de baja adhesión a la política, pero también a la coalición, de la que tenemos que hacernos cargo y asumirla de manera autocrítica, también hay responsabilidad de aquellos que permanente y sistemáticamente están disparándole al gobierno. Me refiero a miembros de la propia coalición". Incluso señaló que "obsesionarse" con la figura de Peñailillo no ayuda a superar el mal momento del pacto.

Quien también abordó el tema en defensa del ministro, fue el senador Guido Girardi (PPD), quien manifestó que los cuestionamientos de que está siendo objeto sólo persiguen "desviar la atención de temas importantes", ya que "lo que ocurre en La Haya, los problemas que tenemos en salud, las reformas planteadas por la Presidenta, las medidas de probidad, el proceso para tener una nueva Constitución, esos son los temas que debiesen preocuparnos".