Política

Claves para entender las tensiones entre ChileVamos y Republicanos tras el acuerdo constituyente

Las dos derechas –la convencional y la Republicana– están en tensión en todo el mundo. Y en Chile la nueva ruta constituyente pone a ambas fuerzas frente a frente y ante decisiones cruciales que marcarán sus fuerzas en el consejo y las elecciones futuras.

Por: Rocío Montes | Publicado: Viernes 16 de diciembre de 2022 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-
José Antonio Kast, excandidato presidencial. Marcela Cubillos, exministra de Estado de la administración Piñera y exconvencional. Javier Macaya, actual presidente de la UDI.
José Antonio Kast, excandidato presidencial. Marcela Cubillos, exministra de Estado de la administración Piñera y exconvencional. Javier Macaya, actual presidente de la UDI.

Compartir

El papel de Kast

“No necesitamos una nueva Constitución”. Tajante, el domingo 11 en La Tercera, José Antonio Kast emitía un severo juicio respecto de las negociaciones por un nuevo proceso constituyente, que a esa altura entraban en su recta final.

Sus dichos, no obstante, chocan de frente contra lo que han arrojado las encuestas de manera consistente.

Porque un asunto apunta Rechazo a la Constitución propuesta por los exconstituyentes -y hasta un cierto cansancio ciudadano respecto del tema-; y otra distinta está en la convicción de la ciudadanía de contar con una nueva carta magna. En la última encuesta Cadem, de hecho, un 67% dice estar de acuerdo con que “Chile necesita una nueva Constitución”, contra un 30% que cree lo contrario.

Las teclas que toca Kast, por lo tanto, dejan en evidencia un intento por capitalizar el tercio que no quiere un nuevo texto, a secas.

¿Maniobra riesgosa?

En la derecha tradicional agrupada en ChileVamos se piensa que la de Kast se trata de una maniobra no exenta de riesgos si lo que pretende finalmente apunta a convocar a una mayoría y no transformarse en candidato de nicho. Como ocurrió con Gabriel Boric y su triunfo en segunda vuelta, el 44% de Kast en el balotaje no solo le pertenece a su sector, sino a la derecha en su conjunto. En cualquier caso, como señala un estudio reciente liderado por el investigador de la UDP Cristóbal Rovira sobre la ultraderecha en Chile, la estrategia apunta a la diferenciación: “La ultraderecha chilena se presenta a sí misma como la única defensora de los ‘valores tradicionales’ y buscar ser el refugio natural para los votantes descontentos con la (sobre) adaptación programática de los partidos de derecha convencional”.

En esta línea, Cristián Valenzuela –del primer anillo de Kast– escribió una columna donde asegura: “Resulta chocante escuchar a dirigentes de ChileVamos tratar de igualar a quienes desde un lado del espectro político rechazamos este segundo acuerdo constitucional, con dirigentes como Daniel Jadue, cómplice e instigador de quienes destruyeron del país e intentaron desestabilizar al gobierno”.

La palabra empeñada

El Partido Republicano fue una de las fuerzas que integraron el equipo a cargo de la franja del Rechazo, la misma que se comprometió a la opinión pública de rechazar para reformar. De acuerdo a voces de ChileVamos, se trató de un compromiso conjunto “por una nueva y buena Constitución”, como afirmó el mismo Sebastián Piñera el día del plebiscito de salida, en la única intervención sobre el asunto que se le ha conocido desde que salió de La Moneda el 11 de marzo. Fue uno de los argumentos centrales esgrimidos por quienes, desde la actual oposición y en particular desde Evópoli, RN y la UDI, impulsaron y apoyaron este acuerdo.

Por otra parte, Kast ha mantenido una estrategia coherente desde el plebiscito de entrada donde la derecha tradicional, ChileVamos, votó dividida. Kast rechazó en el referéndum de entrada que obtuvo un 22%, se opuso al proceso constituyente, rechazó en el plebiscito de salida y, actualmente, asegura que Chile no necesita una nueva Constitución. Entre los argumentos de quienes valoran a Kast, según el mismo estudio de la ultraderecha liderado por Rovira, está la sinceridad y la consistencia.

Riesgos para Chile Vamos

Fueron casi 100 días de negociaciones intensas para las cúpulas partidistas, en los que hubo pocos espacios para atender temas urgentes para la ciudadanía, como la seguridad ciudadana, la primera prioridad de acuerdo a la última encuesta CEP. Justamente son estas urgencias –a las que el propio gobierno se comenzó a dedicar en mayor medida luego del 4 de septiembre– las que han sido utilizadas en esta semana por Kast y el Partido Republicano para interpelar a Chile Vamos. En el fondo, ¿por qué gastar energías en una nueva Constitución cuando existen demandas prioritarias, como el control de la delincuencia, la inmigración irregular y la inflación, iniciando casi un año 2023 en que la economía chilena entrará en recesión?

En Chile Vamos están alertas de este riesgo y se opina que, si la gente percibe que los partidos están enfocados en la Constitución en mayor medida que en los robos, los asesinatos y el alza de precios, el Partido Republicanos o el PDG pueden capitalizar fácilmente el descontento.

El ruido de los duros

La derecha tradicional que ha llegado a acuerdo esta semana está compuesta por una generación de recambio que intenta despercudirse del pasado reciente que ha marcado a su sector. Pero las reglas de la nueva ruta constituyente no dejaron contentos a todos al interior de ChileVamos y una expresión fue la primera reacción de la exministra Marcela Cubillos: “De no creerlo. Convención 100% electa de nuevo. Se repite el proceso. El resto es música”, aseguró la exconvencional. En El Mercurio, uno de los antiguos líderes, Pablo Longueira, salió a aplaudir el acuerdo. “Macaya traidor no sé cuántas veces lo leí en los diferentes chats (...) En nombre de muchos que valoramos este notable acuerdo le decimos: Grande Macaya”.

Al margen de estas tensiones, que en ChileVamos se relativizan, los nuevos líderes de la derecha tradicional aseguran que:

1) El acuerdo cruje mayormente por la izquierda que por el flanco derecho.

2) Las características del acuerdo son una victoria estratégica de la oposición, que además diluye el poder con las distintas instancias acordadas.

3) El sistema de elección de consejeros en abril o mayo replicaría en buena parte la correlación de fuerzas del Senado actual, donde los extremos están menos considerados. Por lo tanto, dicen en la derecha tradicional, será el Partido Republicano el que se verá mayormente presionado para buscar alianzas tanto para la elección de expertos, como para la de los constituyentes.

Lo más leído