Por Cristián Torres Erpel
Como un intento por mostrar los efectos concretos que acarrea el buen pasar de la economía interpretó ayer el socio y director ejecutivo de Econsult, José Ramón Valente, los anuncios del presidente de la República, Sebastián Piñera. Bajo su óptica, se trató de un planteamiento adecuado, que engarza con un positivo balance de lo realizado estos dos primeros años, aunque identificando los temas en que -señala- el gobierno esta al debe.
- ¿Qué le parecieron los anuncios que hizo el presidente, como por ejemplo el bono de alimentación?
- Me da la impresión de que en Chile se ha quedado esa sensación ambiente de que el progreso le llega sólo a algunos; entonces, entiendo los énfasis del gobierno en los anuncios específicos como una demostración o una empatía con sectores específicos, a lo mejor más vulnerables, y como una forma de demostrar que en realidad cuando Chile progresa, progresamos todos.
- Se anunció el estudio del Puente Chacao, así como implica mucho dinero, también parece estar cruzado por un tema electoral…
- La gente tiene que entender que no hay nada religioso ni a favor ni en contra del Puente de Chacao, y que tiene que ser un tema que los recursos pueden ser siempre utilizados en múltiples usos, y en la medida que los estudios demuestren que el puente de Chacao tiene un beneficio social, me parece perfecto que se haga.
- Algunos sectores catalogan estos bonos como populismo. ¿Comparte esta idea?
- Los bonos necesariamente son para paliar una situación transitoria, los países no progresan al ritmo de regalarle la plata a la gente, estos bonos sirven como un paliativo, pero en realidad el verdadero progreso es cuando la gente logra tener ingresos autosustentables. Si pretendemos que el progreso en Chile se va a traducir en que la gente reciba bonos del Estado, básicamente creo que sería una mala idea. La verdad es que no veo ningún país en el mundo, en la historia, que haya progresado de esa forma, con la gente sentada en su casa y recibiendo bonos del gobierno.
Desempeño económico
- ¿Cómo evalúa el cumplimiento del aspecto económico durante la mitad de este gobierno?
- Hasta el momento, y sin mirar hacia adelante, las metas están cumplidas (6% de crecimiento y un millón de empleos). De hecho, la meta de empleo está más que cumplida. Desde el punto de vista económico, el presidente puede andar con la frente en alto.
- El presidente también planteó una reforma sustancial en lo microeconómico. ¿Se ha cumplido esa promesa?
- Si bien ha habido avances en ese sentido y es notorio el listado que puede hacer el ministerio de Economía, sobre todo el listado que maneja Joanna Davidovich, respecto de la agenda pro competitividad, creo que ahí nos hemos quedado relativamente cortos respecto de las expectativas que nos habíamos formado en que se podía avanzar.
- ¿El quedarse corto se refiere a que no se cumplió la meta de las 50 medidas cumplidas al 21 de mayo y que incluso se incluyeran 10 más?
- Me parece bien que se incluyan 10 más, y deberían haber incluido 20 o 30 más. Lo que pasa es que cuando uno lo ve en términos agregados, no sólo importa el número de medidas, sino que la importancia para la economía que tengan esas medidas, pero faltan muchas otras. (...) Yo creo que hay que aspirar a más, al ver el ambiente microeconómico, uno pensaría que hay que aspirar a más.
- ¿En qué se debe avanzar?
- Chile tiene hoy una cantidad enorme de proyecto de inversión y lo que uno nota es que esos proyectos de inversión les cuesta avanzar, estoy hablando en área inmobiliaria, energética, minera e infraestructura privada, hay una serie de sectores que representan grandes cantidades de inversión para el país, que son los que realmente van a hacer la diferencia y que nos van a permitir seguir creciendo aceleradamente. Uno ve que en general en esos sectores, los proyectos cuesta sacarlos adelante, se están demorando mucho más que antes y el tiempo aquí es súper relevante. Para que el progreso llegue necesitamos que esas cosas se hagan en un tiempo relativamente corto y uno lo que ve es que hemos ido más marcha atrás, eso es ciertamente una de las cosas que esperaba con la agenda microeconómica, que los tiempos de desarrollo de esos proyectos, los tiempos del progreso, fueran más cortos y nos más largos, y ahí yo creo que sí estamos al debe.