Por cerca de dos horas estuvo reunido ayer el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, con un grupo de parlamentarios de la oposición. La cita, tenía por objeto que el titular de las finanzas públicas respondiera a una serie de inquietudes planteadas por el mismo grupo de legisladores -en un encuentro similar sostenido hace una semana atrás- en relación al proyecto de reforma tributaria impulsado por La Moneda.
Sin embargo, el encuentro finalizó con los diputados y senadores formulando prácticamente la mismas dudas, además de una serie de acusaciones y críticas al proyecto, lo que anticipa un complejo escenario para una eventual negociación entre el gobierno y ese bloque político, el que por lo demás cuenta con mayoría en la Cámara Alta.
El fuego lo abrió el senador Eugenio Tuma (PPD), quien junto con advertir que la propuesta de “ajuste tributario” del gobierno “no recauda más y tampoco distribuye más”, además incluye medidas como la rebaja arancelaria a 0% y la reducción del impuesto de timbres y estampillas que tampoco van en esa línea, dijo. De hecho, sobre este último gravamen, el senador propuso conceder una exención a los créditos de las personas y empresas con un techo determinado para que no paguen dicho impuesto, pero sí lo hagan las grandes empresas, con lo que se atacaría “una regresividad”, advirtió.
En una línea similar el senador Ricardo Lagos Weber, también PPD, acusó que la propuesta que reduce las tasas del global complementario “desde el punto de vista político es completamente impresentable, dada la situación del país, la rabia contra las dirigencias y la clase política (…), porque se rebajan los impuestos a las personas ricas”.
En el tema arancelario, el legislador aclaró que “hacer referencia al tratamiento tributario que hicieron los gobiernos anteriores (como lo ha hecho el Ejecutivo), es correcto en la medida que tengamos el mismo escenario, contexto y restricciones que habían antes. No es suficiente explicación el porque lo hicieron antes algunos”, dijo, subrayando que “no se entiende por qué es necesario” rebajar los impuestos aduaneros del 6% a 0% y dejar de recaudar US$ 600 millones: “A cambio de qué (…) hay una empresa o dos industrias que se benefician de este tema”, preguntó.
Por su parte, el presidente del Senado, Camilo Escalona (PS), aludiendo al ejemplo que ha utilizado el ministro de Hacienda, que ha dicho que la idea es convertir a Chile en una plataforma comercial al igual que Hong Kong, advirtió que “no se puede comparar el gasto fiscal y la obligaciones del fisco con una nación que no tiene gastos en Defensa, partimos de una base estrutural equivocada”, sentenció.
Diálogo v/s negociación
El momento más complejo de la reunión lo marcó el diputado Pablo Lorenzini (DC), quien desde una perspectiva más política y junto con disculparse con el senador Escalona -a quien emplazó una semana atrás a no interferir en los timing de la Cámara-, acusó que el encuentro con Larraín no estaba resultando productivo si el ministro no daba luces de la voluntad del gobierno a negociar algunos aspectos del proyecto.
“Me voy desilusionado. Es la forma la que a me molesta. No he escuchado de parte del ministro (decir) estoy abierto a flexibilizar, ni siquiera a negociar, a conversar, a dialogar. Algún tema habrá aquí que sea interesante, algo de la experiencia que tenemos servirá, (entonces) no veo lo productivo de esta reunión”, sentenció el parlamentario.
Frente a ello el titular de las finanzas públicas se limitó a aclarar “esto nunca lo he entendido como una reunión de negociacion, es una instancia de conversación e intercambio de opiniones. Por supuesto que estamos disponibles a conversar y ver cómo podemos mejorar este proyecto, sin duda que hay ciertas temas no negociables, pero si hay buenas ideas las vamos a acoger, tendremos que establecer los mecanismos”.
Con todo, Lagos Weber dijo que la oposición quiere “ayudar a este gobierno”.