Jorge Selaive: “La discusión de bajas en la tasa durante los próximos trimestres no está cerrada”
Jorge Selaive estima posible alcanzar el balance estructural a 2018. “Será uno de los principales logros de Rodrigo Valdés como ministro de Hacienda”, dice.
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El economista jefe de BBVA Chile, Jorge Selaive, tiene un diagnóstico inquietante del curso que tendrá la economía local este año: un crecimiento "pobre", con un mercado laboral desacelerado desde la perspectiva de la creación de empleo privado y un clima de confianzas e inversión sin señales de recuperarse. Su pronóstico apunta a un incremento de la actividad en torno al 3% o, incluso, menos.
Donde ve espacio para algunas sorpresas es en el curso de la política monetaria, ya que como él mismo lo plantea, en esta materia "no está todo dicho como parece creer el Banco Central y el mercado al mirar los precios de activos".
"La discusión de bajas en la tasa de política monetaria (TPM) durante los próximos trimestres no está cerrada", plantea, descolgándose así de la opinión de consenso en el mercado y de la postura que manifestó el propio instituto emisor en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo y que volverá a estar en el pizarrón este miércoles con la presentación del reporte de junio.
- ¿El Banco Central se adelantó al señalar que la política expansiva estaba llegando a su fin y que probablemente iniciaría un alza de tasas a fines de año?
- Más que adelantarse o no, de una u otra manera esa visión algo agresiva de la tasa de política monetaria contribuyó a la apreciación multilateral que tuvo el peso.
Por lo tanto, tuvimos aspectos locales, idiosincráticos que incidieron, entre ellos un Banco Central que dijo que iba a mantener la tasa de política monetaria y eventualmente la iba a subir hacia fines de año, sumado a un gasto fiscal muy fuerte. Pero, desde nuestro punto de vista, no está todo dicho en términos de política monetaria.
- ¿Por qué no? ¿En qué sustenta su visión?
- Por un lado, la desaceleración en el estímulo fiscal, que ya viene. El segundo semestre será un período con una
desaceleración paulatina del gasto fiscal y lo mismo el próximo año, porque el ministro ya ha adelantado una disminución de la contribución del gasto público al crecimiento.
Nosotros estamos trabajando con un escenario en donde el gasto fiscal no crece más de 6% en 2016.
Por otro lado, veremos una desaceleración de la inflación.
Estos dos elementos no van a ser inocuos para el accionar de política monetaria y, por lo tanto, en esta materia no está todo dicho. La probabilidad de tener recortes en la tasa durante los próximos trimestres -más allá de que la tasa de política monetaria en la Fed comience a subir-, es un evento que tiene una probabilidad no despreciable.
- ¿Veremos alguna señal de esto en el IPoM de junio?
- En este IPoM no. El Banco Central va a mantener el discurso que presentó en marzo. Esperaría que en el tercer trimestre, una vez que se consolide la desaceleración de la inversión y también del gasto público, se comiencen a abrir las puertas respecto a que una baja de tasas en la política monetaria en Chile no está descartada, más allá de lo que diga el Banco Central.
Si la inflación comienza a ceder, como esperamos que sea -con un IPC en doce meses cerca del piso del rango meta del Central- y con desaceleración del gasto fiscal, puede darse una reevaluación del accionar de la política monetaria.
- Pero la inflación desde hace meses que está "porfiada" y se niega a ceder. ¿Qué le hace pensar que cambiará esta tendencia?
- Primero, porque volveremos a un tipo de cambio cercano a los $ 600 y, por ahora, no inyectará más inflación; y segundo, la reforma tributaria en gran medida ya ha sido traspasada. Sin estos elementos, nos quedamos con el "vuelo propio", que es bastante bajo, ya que la economía está creciendo marcadamente menos que el potencial.
A nivel más técnico, el precio de los alimentos en el mundo no está creciendo y, en algún momento, tendremos que acoplarnos a esa tendencia, lo que creemos debería suceder en los próximos meses.
La era Valdés
Al hablar del nuevo titular de Hacienda, Rodrigo Valdés, Selaive es cauto. ¿La razón? No quiere caer en el "error" de "pautear" al ministro.
Tras hacer esa salvedad, entrega una visión de lo que a su parecer marcará la gestión de Valdés en Teatinos 120 y que implicará asumir un rol protagónico en temas cruciales, como las reformas y medidas concretas para mejorar la productividad, el crecimiento y también el mercado de capitales. "Pero no esperaría cambios de 180 grados respecto a lo que hoy está planteado en la agenda país", advierte.
-¿Cuál será el principal desafío de Valdés?
- Probablemente, él los tiene más claros que nadie. Pero sí creo que uno de los principales logros que tendrá su gestión será alcanzar el balance estructural a 2018, que es una tarea no menor.
- Usted señala que no habrá cambios sustanciales respecto al programa de gobierno. ¿No está de acuerdo en revisar la reforma tributaria?
- Puede haber perfeccionamientos, pero sus grandes paradigmas probablemente no van a ser modificados y en eso hay que ser realistas.
El llamado al empresario, a las personas, es que trabajen con escenarios realistas. Escenarios donde se vuelve a cero, se cambia absolutamente la reforma tributaria o se modifica la reforma laboral, lamentablemente para muchos son condiciones que no están dadas ni tampoco estuvieron dadas en algún momento.
La discusión técnica de estos aspectos, problablemente, debió haber sido mucho más temprana. Hoy ya estamos demasiado encaminados, el gobierno tiene el camino demasiado pavimentado para estas dos reformas y, por lo tanto, pedirle a Valdés, solo por el hecho de ser ministro de Hacienda, que logre cambios en esa dirección, diría que es pedirle peras al olmo.
- Entonces, ¿espera cambios delimitados a la cartera y no un impacto en las expectativas como se especuló tras el nombramiento?
- Pensar que un nuevo ministro mejorará las expectativas cuando en alguna medida importante las expectativas están deterioradas por factores externos, es algo difícil de esperar.
Las inquietudes en torno a los inactivos
La estabilidad observada en el mercado laboral -con una tasa de desempleo en 6,1%- ha generado expectación en el último tiempo y algún grado de debate a propósito del nivel de los denominados inactivos.
El economista de BBVA coincide con el Instituto Nacional de Estadística (INE), entidad que postula que la tasa de desocupación se mantiene en un escenario de menor creación de empleo. Sin embargo, también tiene inquietudes.
"Efectivamente, hay más inactivos en la economía chilena, que la gente joven está estudiando más. Pero lo que me cuesta digerir es la composición o catalogación de los inactivos que hace el INE", señala.
Plantea que para la autoridad, gran parte de los inactivos corresponde a gente sin deseos de trabajar, lo que en su opinión
responde a un diseño deficiente de la encuesta de empleo para catalogar la inactividad", especialmente al compararlo con los países OCDE. "La encuesta del INE tiene estándares de primera línea para capturar empleo, pero para catalogar a los inactivos, tiene mucho espacio para mejorar".
"Cambios en estructura productiva tienen congelada la inversión"
La débil situación de la economía actual dista mucho de los altos crecimientos que anotaba la actividad local a mediados de la década pasada, cuando el boom de las materias primas estaba en pleno apogeo.
Y para Selaive, este deterioro en la actividad plantea importantes desafíos de corto y mediano plazo al gobierno, pero también al sector privado.
Bajo la óptica del economista, más allá de la ausencia de confianzas -que la mayoría sindica como la razón de la caída en la inversión, y por ende, del crecimiento-, hay una falta de convicciones en el mundo privado para hacer frente al cambio de la estructura productiva, desafío que no solo enfrenta Chile sino que todos los países exportadores de commodities.
"Nos obnubilamos con diez años de crecimiento a través de inversiones en el sector primario, que generó brutales externalidades", explica. Y el reto ahora es enfrentar un ciclo normal.
Plantea que lo que tiene "congelado" a los empresarios a la hora de invertir, son los cambios generados por las nuevas tecnologías. Pone como ejemplo que actualmente una tienda de retail no tiene claro si es más efectivo seguir abriendo tiendas o transformarse en una plataforma totalmente digital, lo que se replica repite en otros sectores, como el financiero.
El economista sustenta su tesis, además, en que otras naciones exportadoras de commodities como Australia, Colombia, Perú, Canadá o Nueva Zelanda, los niveles de confianza son variados, "pero todos están en el mismo ciclo de desaceleración de la inversión".
"En Chile, la discusión se ha volcado a que si recuperáramos las confianzas, la economía volvería a crecer en el corto y en el largo plazo, y lamentablemente no se trata solo de confianzas, sino también de convicciones por parte del empresariado, respecto a cuánto y dónde invertir", dice.
En su opinión, el escenario que está viviendo el empresariado hoy es de evaluación, ya que aún no se responde la pregunta respecto a dónde está la productividad de los próximos veinte años, y mientras no se haga, "podemos tener mejoras en la confianza, pero no tendremos mejoras en la inversión". Lo anterior, tiene un impacto directo en el crecimiento potencial del país, que Selaive estima entre 3,5% y 4%. Para que no esté más cercano a 3% -indica-, se necesita que pronto el empresariado se convenza de dónde y cuánto invertir, proceso que "va a tomar algún tiempo".
"También hay precios relativos en la economía que tienen que ajustarse para que eso ocurra", añade, para lo cual es crucial un tipo de cambio real mucho más débil que el actual.