Historia hizo la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, al presentar este miércoles el Informe de Política Monetaria (IPoM). Además de ser el que abrió este 2022, fue la primera vez que una mujer expuso el análisis, algo de lo que se hizo eco la propia titular del instituto emisor.
"Ser la primera mujer que accede a un puesto tan importante como este agrega una dosis extra de responsabilidad a esta gran tarea", señaló la economista en la apertura de su discurso ante la comisión de Hacienda del Senado.
Costa repasó el complejo panorama económico que dejó el informe: puntualizó que la variación anual del Producto Interno Bruto (PIB) será negativa durante varios trimestres, y que este año la actividad crecerá entre 1% y 2%, para oscilar entre una caída de 0,25% y un alza de 0,75% en 2023.
La perspectiva para la inflación en el corto plazo también aumentó con fuerza: la economista precisó que a mediados de este año la variación anual del IPC se acercará al 10%, para promediar 8,2% en todo 2022, y cerrar en 5,6% en diciembre.
"A ningún Banco Central le resulta cómodo anticipar este tipo de trayectorias para la inflación", admitió la autoridad, y recordó que "el aumento de la inflación sigue respondiendo principalmente al excesivo incremento del gasto que se observó en la segunda mitad del año pasado, alentado por la gran liquidez de la que dispusieron las personas a raíz del conjunto de medidas de apoyo a los ingresos que se establecieron en ese entonces".
La autoridad monetaria reiteró que "el año pasado, en varias oportunidades, mi antecesor Mario Marcel, hoy ministro de Hacienda, señaló en esta misma instancia, los riesgos asociados a las masivas transferencias de recursos vía retiros de ahorros previsionales y otras políticas en un contexto de recuperación económica".
Y agregó que "hoy, después de haber implementado uno de los conjuntos de medidas de estímulo más grande entre economías comparables, muchas de esas predicciones se han materializado. Las condiciones financieras de mediano plazo son considerablemente más estrechas y la inflación ha escalado muy por sobre los niveles que se consideran adecuados". Afirmó, además, que "la responsabilidad en esta materia es aún más urgente en el actual entorno, marcado por una alta incertidumbre externa e interna".
En el bloque de respuesta a las inquietudes de los senadores -que manifestaron preocupación por la tramitación de un quinto retiro desde las AFP- la presidenta del Banco Central explicó que, por el lado de la estabilidad financiera, "los retiros han generado sin duda una reducción o un cambio importante en el mercado de capitales en lo que tiene que ver con los ahorros de largo plazo".
Advirtió que "el mercado ha recibido una merma", con lo que hay menos ahorro de largo plazo disponible, que a su vez ha generado aumentos de las tasas de interés de largo plazo, y que ha impactado en los créditos hipotecarios a través de la tasa de interés, a través de la reducción o de peores condiciones en las cuales se entrega, peores plazos, mayor pie, entre otros factores, explicó.
"Pero genera un cuarto retiro un proceso de inestabilidad también, en el cual el Banco Central siempre va a actuar y va a hacer todo lo posible por reducirlo", afirmó la autoridad. Alertó que "junto al impacto que tiene el mercado de capitales empieza a generarse esta visión de que este proceso es en continuo", y precisó que "al ser en continuo se generan efectos adicionales: aumenta la incertidumbre y entra el canal de incertidumbre como un factor adicional al costo que puede tener el ajuste a la cartera".
Sobre un eventual retiro total de los fondos, Costa advirtió que "estamos en dificultades mayores, porque significa vender una gran cantidad de activos en poco tiempo, y eso a la economía le cuesta absorberlo". Agregó que esto podría significar movimientos transitorios de precios y un mayor efecto en el costo de los créditos hipotecarios, por nombrar algunas consecuencias.
Proyectos laborales
Siguiendo con la coyuntura, la presidenta del instituto emisor fue consultada por el impacto que podrían tener en el panorama macroeconómico algunos proyectos emblemáticos del gobierno, como el aumento del salario mínimo a $ 500.000 a fines del gobierno -que implicaría un salto intermedio a $ 400.000 este año- y la reducción de la jornada laboral a 40 horas.
Sobre el primero, la economista aclaró que consideraron dentro del escenario presentado en el IPoM de hoy un aumento del salario mínimo a $ 400.000, "porque es una política que es cierta y está bien encaminada".
Aclaró que normalmente no incorporan ningún otro compromiso que no esté legislado, "porque es difícil cuantificar un compromiso que pueda ir cambiando en el tiempo". Pero en este caso reafirmó que "los efectos están incorporados en el escenario que les hemos entregado, tiene algunas décimas de impacto en la inflación y todo el análisis incorpora el efecto completo del ingreso mínimo".
Sobre las llamadas "40 horas", aclaró que "el efecto de un ajuste en la jornada laboral depende sustancialmente de cómo se haga, más que solamente del impacto mismo, del tiempo que se entregue para que se prepare el efecto de la jornada laboral".
De acuerdo con la autoridad, "hay una serie de variables que hay que tomar en cuenta para que una medida de ese tipo pueda fluir con el menor impacto posible, y que sea el efecto bienestar mayor que el efecto costo, que una medida de esa naturaleza pueda generar". Señaló que "importa mucho que se acompañe de elementos que permitan aumentos consecuentes de productividad", pero resumió planteando que el impacto "depende del contexto en que se haga y de la forma en que ello se haga".
Convención Constitucional
Costa también abordó las preocupaciones por la incertidumbre. Recordó que es un tema muy presente en este IPoM, y que está presente por factores internos y externos. En lo local, señaló que "naturalmente el proceso de la Convención u otros procesos que están presentes en el país forman parte de la suma de factores que están incidiendo a través de las primas por riesgo, y a través del tipo de cambio".
Indicó que "conducir un fenómeno de esta naturaleza, conducir un proceso institucional, naturalmente va a generar incertidumbre, y eso es parte de lo que estaba considerado en el proceso", a lo que añadió que "es un proceso que va a continuar y que sigue presente en la economía, que está considerado dentro de nuestro informe y que se puede ir conteniendo en la medida en que se entregan bordes y definiciones más claras para conducirlo de mejor manera".
A juicio de la economista, "según cómo ese proceso se logre -y de qué manera se puedan acotar esos bordes y esa incertidumbre, el proceso puede ser menos dañino y conducirnos al resultado final, que puede ser muy positivo o puede ser menos positivo". Agregó que "es una carta abierta, estamos todos esperando que esto nos lleve a un escenario mejor y nos permita conducir este problema que tenemos en el país a un estado que satisfaga a la mayoría. El proceso mismo debe conducirse con todos los bordes necesarios".
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AFP
